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Pedro Courard: “Apurar la descarbonización hará que aumente el costo de la energía”

Para este ingeniero de minas cuya carrera profesional estuvo marcada por la minería del carbón, esta industria está en vías de su final, pero aún quedan muchos años para eso. Insta a no sobre apurar el plan de descarbonización en Chile, sino a aplicar el sentido común.

Nacido en Lota, Pedro Courard debe ser una de las pocas personas –sino la única– que ha trabajado en casi todas las zonas carboníferas de Chile, e incluso tuvo su propio pirquén. Desempeñó distintos cargos en las regiones Octava, Décima y Duodécima; en Lota Schwager, Enacar, Minera Catamutun y la mina Pecket, culminando su carrera ejecutiva en la Gerencia General y Presidencia de la Empresa Nacional del Carbón a mediados de los ‘90.

Si bien trabajó preferentemente en la minería del carbón, pasó también por la minería del cobre y la del hierro: entre 1990 y 1994 fue gerente general de la División El Teniente, de Codelco, y antes le tocó hacerse cargo de una mina pequeña de hierro en la región de Coquimbo, tras lo cual se trasladó a la mina El Romeral, en ese entonces de propiedad de la de la compañía minera Bethlehem USA.

En 1948 bajó por primera vez a una mina de carbón, acompañando a su padre, Arnoldo Courard, quien era el administrador general de la Carbonífera Industrial de Lota. Estaba recién empezando sus estudios superiores en la Escuela de Ingeniería de Minas de la Universidad de Chile, donde se fue encantando con la geología. De hecho, tenía descartado trabajar en la empresa que dirigía su progenitor o en la competencia una vez que egresara, pero los giros de la vida lo devolvieron a sus orígenes, lo que le sucedería varias veces más a lo largo de su carrera.

En 1954, cuando le faltaban pocos meses para egresar de la universidad, falleció su padre, tras lo cual inmediatamente la carbonífera le ofreció incorporarse a la compañía. Es que el sello de los Courard estaba presente desde 1928, cuando Arnoldo Courard llegó a Chile desde Bélgica, contratado por la intermediación de Carlos Cousiño, para trabajar en Lota. Inicialmente se quedaría por cinco años, los que se fueron alargando, primero para capear la crisis económica de los años ‘30 –que estaba golpeando fuerte a Europa– y luego la II Guerra Mundial, hasta que terminó quedándose en Chile definitivamente.

Pedro Courard.

Un tránsito que terminó en cierre

Recién llegado a la Carbonífera Industrial de Lota (que a mediados de los 60 pasaría a ser la Carbonífera Lota Schwager), Pedro Courard fue a capacitarse a Europa durante seis meses, periodo en que trabajó en una mina de carbón en Inglaterra. Esa estadía le permitió conocer de cerca el proceso de mecanización e incorporación de nuevas tecnologías en la minería inglesa, mientras en Chile dichas tecnologías aún no se empleaban.

Cuando ya la empresa estaba en manos del Estado y corría la década del 70, lo nombraron gerente general. En esos años se forma la Empresa Nacional del Carbón (Enacar), con la unión de Lota Schwager y las minas que pertenecían a Corfo. En 1976 Courard salió de la compañía por diferencias con la administración superior, luego de lo cual regresó posteriormente.

Efectivamente, a mediados de la década de 1990, bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, fue nombrado presidente del Directorio de Enacar, cargo que ocupó por algunos meses debido a la presión de los sindicatos. “Dije lo que pensaba: que la compañía estaba en una etapa final y que, si bien había un problema social en la zona, la empresa no era viable…Entonces, obviamente me echaron”, recuerda.

Reconoce que se sintió aliviado, porque tenía claro que la minería del carbón en la Región del Biobío estaba en franca declinación. “Cuando se empezó a mecanizar la minería subterránea de carbón, las minas con problemas como las de Arauco, en yacimientos altamente fracturados, no pudieron seguir compitiendo. Era una mina muy complicada, con unos costos muy altos, diría cinco veces el costo de las minas de la competencia. Era evidente que la única salida era el cierre de la empresa”, asevera.

Y aunque cree que el cierre era inevitable, es crítico del proceso de reconversión que se produjo, porque los mineros terminaron en labores muy distintas a su experiencia y cultura, en vez de ser reubicados en otras faenas mineras como las de cobre. “Lo que debió haberse hecho era enseñarles a operar equipos mineros del cobre y llevarlos a esa industria”, sostiene el ingeniero.

 

Hacia la descarbonización

Sobre el futuro de la minería del carbón, Pedro Courard tiene un diagnóstico categórico: “La minería del carbón está en su punto final en el mundo entero, por ser el generador de CO2 más importante que cualquier otro combustible”, dice, aunque puntualiza que todavía seguirá produciéndose carbón durante varios años más.

“No se suele relacionar mucho, pero también la minería del carbón, produce mucho metano, y el metano es un gran contaminante e influye en el efecto invernadero. Por ejemplo, en las minas chilenas por cada tonelada de carbón que se sacaba, se producían del orden de 40-50 metros cúbicos de metano y todo eso iba a la atmósfera”, indica.

En la transición que se va a dar hasta que las minas dejen de operar, ¿hay formas para que la minería del carbón sea más sustentable?

La minería misma es bastante limpia y pasa por todos los controles requeridos, pero la contaminación se produce en la combustión del carbón, que es donde se produce el CO2 y no se ha encontrado una manera de eliminarlo o retenerlo. Hay algunas propuestas, pero son de unos costos inalcanzables.

¿Qué le parece el plan de descarbonización en Chile?

El programa que se tiene en Chile es hasta la década del 2030 para que desaparezca el consumo de carbón de la generación eléctrica. Puede que se anticipe algo, pero ahora hay un proyecto de ley para adelantarlo aún más. Apurar el proceso va a hacer que aumente el costo de la energía. Hay que seguir el plan racional que ha establecido el Ministerio de Energía. Todos los países desarrollados lo están haciendo así, van remplazando sistemáticamente la generación a carbón en la medida que van introduciendo energía más limpia. Aquí todo lo hacemos por ley en vez de hacerlo con sentido común.

La minería del carbón en el mundo va a permanecer durante muchos años, porque el carbón va a seguir siendo un generador de energía importante. Además, se ve en los países desarrollados que son bastante reacios a hacer sacrificios económicos por el medio ambiente.

¿Mina Invierno debió haber seguido operando entonces?

La gente tiene una confusión al pensar que cerrando Mina Invierno se va a dejar de usar carbón. No, lo único que hemos hecho es perder una fuente de trabajo, porque en este momento toda la generación a carbón que hay en Chile está siendo con carbón importado.

El cierre de Mina Invierno es lo más disparatado que se ha hecho como resolución de un Tribunal Ambiental. Las razones dadas demuestran una gran ignorancia. Lo terrible de esto es que habiendo la empresa presentado un recurso ante la Corte Suprema, ese recurso no se vio nunca.

A su juicio, ¿qué implicancias tiene este caso?

Es un pésimo antecedente que un Tribunal Ambiental declare inadmisible una explotación que ha pasado por todos los sistemas de control de medio ambiente y fue aprobada por todas las instancias técnicas. Es una muy mala señal.

Pedro Courard durante la entrevista.

Volver a Lota

Courard dice tener un viaje pendiente a Lota: “Estuve allá hace unos años y ahora quiero volver”. La última vez que visitó la ciudad se encontró con la que fue su casa transformada en un museo. “Ahí pasé mi infancia y juventud, y después volví a vivir en ella cuando fui gerente de operaciones y gerente general de Enacar. Ahí se criaron mis hijos y ellos tienen muy buenos recuerdos de esa época. A pesar de que vivíamos en una situación privilegiada, estábamos en contacto con la vida de toda la gente de Lota y, según mis hijos, eso les hizo mucho bien, porque no vivieron en una burbuja”, relata.

Casado con Laura Délano, está a punto de cumplir los 66 años de matrimonio en febrero de 2022. De esa unión nacieron cinco hijos, tres mujeres y dos hombres; y sólo uno de ellos heredó la profesión de ingeniero de minas. Hoy su familia también la forman 16 nietos y tres bisnietos.

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