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Marcos Lima: “Es imposible separar el valor del mineral del creado por la empresa”

En el marco del foro convocado por Voces Mineras, el académico desestimó algunos mitos en torno a la renta minera e instó a aprovechar la oportunidad que abre la economía verde para aumentar la producción de cobre.

¿Cómo separamos el valor del mineral de aquél que ha generado la compañía minera? Para Marcos Lima, esa es una cuestión imposible de lograr. Porque un yacimiento no vale nada hasta que es descubierto y su valor aumenta cuando ese recurso minero se transforma en reservas, con una empresa que asume el riesgo de desarrollar el proyecto. Esa fue parte de la fundamentación que el académico de la Universidad Católica y ex presidente ejecutivo de Codelco expuso en el foro “Nuevo Royalty a la Minería”, cuestionando el tributo que se pretende implementar, así como su oportunidad.

El profesor desestimó la creencia de que la minería gana mucho dinero en Chile debido a las ventajas comparativas y que se lleva mucho más allá de una renta económica. “Es importante entender que antes de encontrarlos (los recursos mineros), no valían nada. Todos sabemos que detrás de Escondida hubo un esfuerzo de años (…) Son los privados, las empresas junior, los geólogos los que están detrás de los hallazgos”, sostuvo, añadiendo que calcular el valor de un recurso minero es complejo y dinámico, porque “hoy tiene un valor y mañana puede tener otro”.

Asimismo, frente al planteamiento de que “dada la naturaleza no renovable de los minerales, ante un eventual agotamiento de estos recursos, el país perdería una importante fuente de ingresos”, aclaró que las reservas también son dinámicas, gracias a los esfuerzos en exploración y a las tecnologías que transforman los recursos en reservas.

¿Cuándo empieza a aumentar el valor de un yacimiento? “Una vez que hacemos un estudio de prefactibilidad y nos damos cuenta que ese recurso minero lo podemos transformar en reserva y podemos hacer un proyecto minero. Entonces el valor de ese activo sube hasta llegar a su nivel más alto cuando se desarrolla la mina”, explicó Lima. “Y no se puede separar el valor del mineral, que se supone es de los chilenos, de aquel creado por la empresa”, insistió.

Valor fluctuante

Durante su exposición, Marcos Lima mostró, con cifras, cómo el valor de las compañías mineras tiene altos y bajos, por ejemplo: el año 2000 Freeport McMoran valía algo más de US$3.000 millones, en 2005 superó los US$10.000 millones, llegó a un peak de US$57.000 en 2010, mientras en 2019 bordeaba los US$27.000 millones. “Los valores de la inversión de las mineras están directamente ligados a su capacidad de generación de resultados, y esos resultados suben y bajan”, observó.

En esa línea, el académico destacó que la minería es un negocio de riesgo, donde el retorno sobre el capital empleado puede variar significativamente de un año a otro.

Igual variabilidad se da en las reservas minerales, reiteró, dado que éstas “dependen del precio de largo plazo, de los costos y de las tecnologías”. Es así como de acuerdo a las estimaciones del Servicio Geológico de Estados Unidos, en 2001 Chile tenía 160 millones de toneladas de reservas de cobre, 360 millones de ton en 2009, 150 millones en 2011, mientras se calcularon 200 millones para el presente año.

“Por eso es muy importante incentivar de la manera más fuerte la posibilidad de explorar más en nuestro país. Hoy estamos en un 5% de participación en el presupuesto de exploración global y nuestra capacidad de exploración ha estado disminuyendo”, advirtió Lima.

En su análisis, también se refirió a la renta Schumpeteriana, que depende de decisiones empresariales y estratégicas acertadas, así como de la innovación en los procesos productivos y de gestión, y que da origen a ventajas comparativas. Esta hace sentido con la idea de que en minería crear valor significa transformar recursos en reservas.

Oportunidad única

Para el profesor Lima, Chile tiene hoy una oportunidad que no puede perder: “El problema más serio que tiene la sociedad es el cambio climático. La necesidad de inversiones en cobre asciende a US$340-400.000 millones, según Wood MacKenzie. Las venas y arterias de la economía verde corren con cobre”, subrayó.

Basado en ello, opinó que “discutir hoy acerca del royalty es el peor de los momentos. Debiéramos estar empujando a las compañías mineras a avanzar en las inversiones y aumentar la producción en Chile (…). No podemos estar poniendo más impuestos, haciendo menos competitiva nuestras inversiones mineras”.

También consideró injusto cambiar las condiciones a los inversionistas que apostaron por Chile mucho antes del boom minero. “Porque ‘se ganaron la lotería’ ahora les quitamos el premio. Es la peor manera de demostrar que el país no es capaz de mantener las reglas del juego”, recalcó.

Tomando en cuenta todos esos elementos, el ex presidente ejecutivo de Codelco planteó que “el royalty es una absoluta irresponsabilidad”, porque significará el cierre potencial de 18 minas, afectará a distintas regiones del país y pondrá en riesgo al menos ocho proyectos de inversión. “Tenemos que hacer algo equilibrado; la tasa óptima de impuesto tiene que estar entre 30-50%”, precisó.

Hacia el final del foro, Lima lamentó que la minería no haya sido capaz de comunicar adecuadamente su aporte al país, ni de acercarse más estrechamente a la comunidad. “Sin minería, no tendríamos los niveles de ingreso o de escolarización que tenemos, no habríamos reducido el nivel de pobreza de un 70% a un 10%. La minería es indispensable si queremos seguir siendo un país camino al desarrollo”, concluyó.

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