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Los desafíos de la minería vistos por los expertos de Voces Mineras

A partir de su experiencia y conocimientos específicos, socios y socias de VVMM analizan los diferentes desafíos que tiene la minería y cómo poder abordarlos.

La minería ha tenido un rol fundamental en el desarrollo de Chile, representando cerca del 15% del PIB –cifra que se eleva al 20% si se agregan los efectos multiplicadores que tiene en otras industrias–, el 60% de las exportaciones y el 20% de los ingresos fiscales. No obstante, enfrenta múltiples desafíos que requiere atender para seguir jugando un papel estratégico.

A partir de su experiencia y conocimientos específicos, socios y socias de Voces Mineras analizan los diferentes desafíos que tiene la minería y cómo poder abordarlos.

En esta primera entrega opinan sobre: permisología, investigación e innovación en minería, estrategia en fundiciones y participación de la mujer en la industria:

 

PERMISOLOGÍA 

Juanita Galaz, socia fundadora de la consultora Myma

“Nuestro país se ha comprometido a ser carbono neutral al año 2050 y la minería juega un papel fundamental en la necesaria búsqueda de limitar los gases de efecto invernadero, mediante la descarbonización de la matriz energética y la electromovilidad.

Tales desafíos se traducen en una mayor demanda futura de cobre, previéndose un aumento del orden del 28% respecto de la actual producción en la próxima década.

Sin embargo, por diversos factores el país podría truncar la opción de realizar aportes reales a dicha producción. Según la Corporación de Bienes de Capital, en los últimos años la inversión minera se ha visto postergada y ha caído a niveles históricos este 2023.

En el ciclo de vida de los proyectos mineros existen etapas tempranas de exploración y prospección, cuyos resultados de ser favorables permitirían asegurar la continuidad/ampliación de los actuales yacimientos y el desarrollo de nuevas operaciones mineras. Sin embargo, el ecosistema de permisos sectoriales en Chile no se ha modernizado ni racionalizado; por el contrario, se ha incrementado, generando un enjambre de permisos, que no obedecen ni responden a la realidad actual y menos al desafío/oportunidad que tiene el país para contribuir a la lucha del cambio climático y materializar inversiones que permitirán generar empleos de calidad y recaudación a favor del Estado.

Es desproporcionado que labores y actividades que acompañan a la minería tengan trámites intensivos en permisos y tiempos que no conversan con los desafíos. Es al menos cuestionable que una actividad de prospección minera, que materialmente tendrá una duración de seis meses, requiera permisos que probablemente demorarán el doble o el triple en su tramitación antes de poder descubrir o dimensionar el tamaño de un yacimiento que podría en el futuro transformarse en una eventual operación minera.

Actualmente es frecuente debatir sobre los permisos sectoriales, especialmente desde la crítica del sector privado hacia la Administración del Estado por dos factores: por una parte, la cantidad de permisos vigentes o exigibles y, por otra, los tiempos involucrados para su obtención.

Con ese diagnóstico (compartido), la pregunta que nos surge es: ¿qué podemos hacer? La respuesta no es inmediata y única, pero a partir de nuestra experiencia reconocemos los siguientes aspectos:

  1. a) Reducir la cantidad de permisos a partir de una revisión y actualización de la normativa con una mirada del siglo XXI.
  2. b) Revisar cómo optimizar permisos o autorizaciones, por ejemplo, reemplazar permisos de mero trámite por declaraciones juradas y, por lo tanto, colocar el foco en la fiscalización.
  3. c) Establecer una ventanilla única digital para permisos del sector minería, entendiendo y reconociendo que es el rubro más relevante en términos de ingresos para el Estado.
  4. d) Colocar indicadores de gestión adecuados en la Administración del Estado, aplicando con rigurosidad la figura de silencio administrativo.
  5. e) Potenciar la asesoría técnica especializada para desarrollar planes maestros de permisos, que puedan facilitar, desde etapas tempranas del caso de negocio, las fases de ejecución de los proyectos.
  6. f) Robustecer al Ministerio de Minería para que desde la política minera facilite la mayor eficiencia y eficacia en la gestión de los permisos por la Administración del Estado.

Jorge Mas, fundador y presidente de Mas Errázuriz

“El diseño regulatorio actual no está concebido a partir de un entendimiento global del proyecto, sino que opera por silos, a través de las distintas instancias del Estado. En segundo término, la permisología existente es fruto de una acumulación de regulaciones, donde se produce una superposición de algunas y contradicción entre otras. A esto se añade que la regulación ha ido evolucionando en el tiempo.

Todo esto ha derivado en una permisología que es impredecible en el tiempo y no se cuenta con los recursos asociados para poder enfrentarla. Entre los plazos normativos y los plazos reales la situación se multiplica varias veces.

Se necesita una coordinación de todos los organismos del Estado y no que funcionen por silo o en forma independiente; y que el sistema sea suficientemente transparente, coordinado y que tenga una predictibilidad para que sea eficiente. Avanzar en todo ello involucra aspectos legales, reglamentarios y de gestión.

Hay que apuntar hacia una ventanilla única e integral. Eso tiene un beneficio evidente en la inversión, porque en la medida que el sistema sea más eficiente, la evaluación de los proyectos será más alta y eso aumentará el interés en el sector. Y en la medida que haya más inversión minera, al Estado le conviene por el lado de los impuestos y está el efecto multiplicador, con los encadenamientos productivos en todos los servicios y el impacto en las ciudade”.

Severino Modena, gerente general y director de Proyectos de Tetra Tech Sudamérica

“Por años nuestro país fue uno de los mejores lugares para invertir en minería, sin embargo, desde hace un tiempo esta condición cambió, tal como lo demuestra el estudio del Fraser Institute de Canadá, que indica que entre 2018 y 2022 Chile pasó del puesto N°6 al N°32 de un universo de 62 países. Esta es una mala noticia para la minería y vale la pena preguntarse ¿qué pasó? La respuesta probablemente esté relacionada con la excesiva burocratización en la gestión de los permisos o permisología para tramitar y poner en marcha un proyecto minero, ya sea nuevo (greenfield) o ampliación de un proyecto en marcha (brownfield).

Tenemos un sistema extremadamente engorroso, donde participan decenas de instituciones distintas detrás de un mismo proceso de autorización para un determinado proyecto de inversión, teniendo como consecuencia tiempos extremadamente largos, que pueden alcanzar un promedio de diez años de extensión, en circunstancias que el plazo legal debería ser menos de la mitad.

El beneficio económico para el fisco, por cada año de reducción del tiempo asociado a la permisología de un proyecto minero, equivale aproximadamente a 1,6 puntos del impuesto corporativo, lo que, sumado al impuesto del royalty, constituye un importante ingreso que deja de percibir”.

I+D+I

Esteban Domic, consultor en Ingeniería de Procesos Metalúrgicos con foco en Hidrometalurgia

“Con relación a la innovación en minería se tiene un gran potencial en prácticamente todas las áreas de interés de nuestra actividad: desde la minería propiamente tal, pasando por el procesamiento de minerales y hasta el manejo de residuos. Sin embargo, al entrar en mayor detalle se observan algunas anomalías importantes. La más relevante es que la minería como actividad es sumamente conservadora. En general, a priori las novedades no son bienvenidas.

Así, para ser implementadas, las innovaciones requieren muchas veces hacerse internamente, en forma casi subrepticia, hasta haber comprobado en terreno sus bondades.

Otra situación en que se tiene éxito en introducir innovaciones es por la vía de algún proveedor que, asumiendo los costos, transfiera la innovación en el costo sumergido de sus equipos o productos.

Pero es raro que sea el productor minero mismo quien encabece un emprendimiento novedoso, a menos que le resulte imprescindible hacerlo, por ejemplo, obligado en busca de la supervivencia económica de su operación. En esos casos se suele ver un esfuerzo premeditado para innovar empezando por casa, y luego por la vía de externos.

En general, las innovaciones no provienen de la academia. Es más, la industria desconfía de ella. Los más cercanos para ser aceptados son los ya mencionados proveedores. En un plano similar están las innovaciones que se generan en casa. Pero las innovaciones afuerinas no son fácilmente bienvenidas. Se aplica el síndrome del NIH (not invented here).

Por otra parte, los desarrollos independientes originados externamente suelen ser ferozmente combatidos por las compañías más grandes, en todas las instancias legales disponibles del procesamiento de la propiedad intelectual. Quien obtiene por fin una patente, lo logra a pesar de estas oposiciones, pero a continuación no será fácilmente escuchado, al intentar hacer una prueba y menos para lograr la implementación de su desarrollo.

Incentivos tributarios pueden hacer ventajoso, para algunas operaciones, realizar pruebas con fines de innovación, pero en general se observa una mentalidad dirigida a desconfiar de las ideas ajenas”.

Marcelo Villouta, consultor en Gestión Operacional, Proyecto y Negocio Minero

“El desarrollo de proyectos I+D+i en Chile y que han tenido implementación en la industria minera han sido más bien escasos, pero se destacan algunos, entre otros, el Convertidor Modificado Teniente, procesos de lixiviación para minerales sulfurados y tratamiento de riles de procesos mineros.

Un indicador claro del bajo número de proyectos es el monto de recursos que la minería ha destinado a I+D+i: sólo el 0,13% del PIB Minero, lo que está muy lejos de otros países con industria minera relevante como la nuestra.

El principal flujo de recursos debería provenir de quien requiere de las soluciones, que es la industria minera, privada y estatal, pero ésta ha solido obtenerlas del mercado con proveedores de productos ya evaluados. Sin embargo, condiciones estructurales han estado presionado al negocio minero, entre otras, las menores leyes de los minerales y el mayor contenido de impurezas, la mayor profundidad de los yacimientos, la mayor dureza de los minerales y adecuación a normativas cada vez más exigentes. Aquí es donde la I+D+i puede jugar un papel fundamental para paliar el impacto en los costos operacionales, apalancando los indicadores de eficiencia, productividad y seguridad, y también puede viabilizar proyectos de minerales más complejos, algo que hoy, para la sustentabilidad del negocio minero, es importante.

Afortunadamente, esto se ha ido internalizado por las empresas mineras, que han ido incorporando o apoyando el desarrollo de productos de I+D+i, como aplicaciones de minería digital con softwares e inteligencia artificial para gestión operativa y administrativa; lixiviación de sulfuros primarios; tratamiento de concentrados; implementación de soluciones robóticas en manejo de láminas iniciales para refinería, en lavado de camiones de extracción, en cambio de revestimiento de molinos, en muestreo y otros.

Ahora bien, todavía estamos muy al debe considerando el volumen e impacto económico que tiene la minería para el país. Por ello, el Estado podría generar espacio y condiciones para que, en conjunto con las empresas mineras y sus proveedores, se cuente con fondos concursables para el desarrollo de actividades de I+D+i, al menos hasta su etapa de validación semi-piloto. Los fondos para el desarrollo de las etapas de validación posteriores deberían ser cubiertos por las compañías mineras o proveedores de la minería interesados en la solución. Algo similar a lo que se tiene hoy día con las startups, que han significado un gran aumento de empresas de desarrollo de productos de diferente índole, con un esquema en que el mejor champion para el desarrollo de una idea es el generador de ella, pero capacitándolo en gestión de negocios”.

FUNDICIONES

Juan Rayo, vicepresidente de Voces Mineras, fundador y director de JRI Ingeniería

“Las fundiciones estatales son demasiado caras de operar y nunca van a ser eficientes, ni rentables. Por mucho que cambie la tecnología, tienen costos de mano de obra absurdos. El Estado ha sido eficiente en el negocio minero propiamente tal (mina y procesamiento en plantas), pero no ha sido eficiente en el negocio de las fundiciones. Codelco tiene los costos más altos del mundo en sus fundiciones y sus costos de mano de obra difícilmente van a cambiar.

Si Chile va hacia aceptar las normas internacionales de captura de azufre y otros elementos nocivos como el arsénico, habría que llegar al 98-98,5% y actualmente llegamos al 95% a duras penas. Cambiar ese margen no va a costar los US$2.000 millones que significó alcanzar el 95%, seguramente va a ser mucho más que eso. El Estado solo no será nunca eficiente trabajando en las fundiciones; son procesos que exigen trabajar con muy alta productividad y tecnologías muy avanzadas”.

Alexander Leibbrandt, director de Fundación Sewell

“En los últimos años se ha llegado a ciertos consensos básicos en torno al tema fundiciones, los que se resumen en:

-El negocio minero está en la mina. Las fundiciones anexas tienen baja rentabilidad.

-Las fundiciones chilenas son en general anticuadas, de alto costo y poco competitivas.

-Las grandes empresas mineras no han mostrado interés en invertir en fundiciones.

-A nivel mundial, las fundiciones con mayores rentabilidades son las gestionadas en forma independiente del negocio minero.

Considerando estos aspectos y que la industria minera tiene una importancia clave en el desarrollo del país, uno de los desafíos mineros es definir el futuro del sector fundiciones.

Como las grandes compañías mineras y otros inversionistas no han mostrado interés en invertir en este rubro, corresponde al Estado definir, primero, si es necesario y estratégico para el país contar con una capacidad de fundición determinada y, segundo, qué proporción de los concentrados producidos deberían ser fundidos en Chile.

Una vez que se aclaren estas interrogantes y suponiendo que se declara estratégico mantener una cierta capacidad de fundición, el Estado deberá definir las condiciones bajo las cuales una inversión en fundiciones y refinerías sería rentable y despierte el interés de las empresas mineras y/u otros inversionistas privados.

Las ventajas son obvias: activación económica, ahorros en costos de flete y disminución de riesgos ambientales asociados al transporte de concentrados.

Pero fundir en el país también puede afectar su competitividad. En primer lugar, está el exceso de ácido sulfúrico que se produciría y el hecho de que una nueva megafundición en Chile no podría aprovechar las ventajas altamente rentables del procesamiento de cobre secundario de que disponen la mayoría de las fundiciones europeas y asiáticas”.

PARTICIPACIÓN FEMENINA

María Isabel González, gerente general de Energética

“La incorporación femenina al sector minero ha ido en aumento y las empresas hoy día buscan mujeres para muchos tipos de actividades, particularmente en operaciones.

Me alegra mucho que colegas que hace 30 años opinaban que las mujeres no debían trabajar en esta área, ahora han cambiado radicalmente de posición. Aunque más de alguno sigue con esas creencias arcaicas”.

Iván Violic, socio y consultor senior de Downing Teal Chile

“La industria minera ha avanzado significativamente en incorporar mujeres a sus equipos de trabajo y a sus niveles directivos, especialmente las grandes empresas, pero aún falta para llegar a un nivel adecuado.

Lo principal que se requiere es crear las condiciones para compatibilizar mejor el trabajo, especialmente en terreno, con la vida y las responsabilidades familiares. Hemos visto algunas prácticas interesantes, como flexibilizar las jornadas laborales en terreno u oficina, aprovechando las nuevas tecnologías que permiten un teletrabajo eficiente.

Hace falta un cambio de mentalidad en algunos directivos para adoptar prácticas de trabajo innovadoras que superen las antiguas costumbres de algunos ejecutivos que quieren tener a todo su equipo en forma presencial en terreno.

Hay un avance importante en incorporar mujeres en cargos de staff de apoyo, pero faltan más iniciativas para integrarlas a las faenas productivas, aunque debemos reconocer casos muy destacados recientemente.

Una mirada adicional es que el acelerado desarrollo de las mujeres debe ir acompañado de buenos procesos de mentoring o coaching, para asegurar el éxito en roles para los cuales, quizás, no tengan inicialmente toda la experiencia necesaria. Debemos apoyarlas para evitar cualquier fracaso que impacte fuertemente en sus carreras. Al mismo tiempo, hay que ser cuidadosos de lograr un buen equilibrio, que no afecte el desarrollo de hombres jóvenes con buen potencial que se pueden sentir postergados”.

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