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Jorge Mas: “La burocracia y la permisología han ido en contra del desarrollo y la inversión en Chile”

Según el socio de Voces Mineras, la demora en los permisos retrasa los proyectos en cinco años a lo menos. Opina que un trabajo colaborativo en la relación mandante-contratista, en etapas tempranas de los proyectos, sería beneficioso para el buen desarrollo de estos.

Ingeniero civil de Minas de la Universidad de Chile, de la generación de 1972, Jorge Mas es uno de los fundadores de la empresa Mas Errázuriz, compañía con 40 años de experiencia en la ejecución de obras asociadas a la industria minera, de energía e infraestructura, con proyectos en Chile y otros países de Latinoamérica. Este desarrollo empresarial también se combina con un paso inicial por la minería estatal y la privada, además de participar en el ámbito gremial ligado al mundo de la construcción y más recientemente a través de su incorporación a Voces Mineras.

Jorge Mas inició su carrera profesional en Codelco El Teniente, donde luego de pasar por lo que se denominaba como Graduado en Entrenamiento Mina durante aproximadamente nueve meses, permaneció en la División como ingeniero del Depto. de Ingeniería Industrial Área Mina por alrededor de cuatro años.

Más adelante le tocó trabajar en los inicios del brazo minero del grupo Luksic, a partir de la licitación de diversas compañías de tamaño medio, entre otras, la Compañía Minera Cerro Negro y Cía. Minera Santa Margarita de Astillas, de las cuales, tras la adquisición, fue gerente durante los primeros años.

A mediados de la década de 1980 incursionó en el emprendimiento privado en el sector de la construcción, fundando –junto a otros dos socios– la firma Mas Errázuriz Ingeniería y Construcción. En esos años –recuerda– “se produjo un cambio en las políticas de las empresas: antes realizaban internamente la construcción, el desarrollo y los servicios, y en los ‘80 cambian esas políticas y se externalizan los servicios, iniciando actividades muchas empresas contratistas, entre ellas, la nuestra”.

Tras desempeñarse como gerente general de Mas Errázuriz y después como director, actualmente es presidente del Directorio.

La especialidad de la empresa, dice, son las obras subterráneas, y además cubren obras civiles y montajes, así como movimiento de tierras (relacionado con minería e infraestructura). Actualmente están en trabajos para la División Andina de Codelco e iniciando una obra en Escondida. También tienen trabajos en litio con SQM y están construyendo un túnel para una planta desaladora de Aguas Pacífico en la zona de Puchuncaví, en que la mitad del agua será suministrada a Anglo American. Además de estar en Perú, participaron en la apertura de la mina Cerro Negro, de Goldcorp, en el sur de Argentina. En los últimos años han trabajado en Ecuador, en el desarrollo y apertura de la mina Fruta del Norte, de Lundin Gold; y han ejecutado obras de menor dimensión en Brasil y Colombia.

A su juicio, la oferta chilena de servicios goza de cierta delantera frente a otros países de la región, porque “lleva más años y con una expertiz mayor que nuestros vecinos; y eso nos hace ser competitivos”.

Jorge Mas, al centro, en una visita a Trujillo, Perú.

Trayectoria gremial

Con su empresa cada vez más consolidada, Jorge Mas fue asumiendo diversos cargos en la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), colaborando inicialmente en la formación del Comité de Exportación de Servicios de la entidad, de la cual llegó a ser más tarde vicepresidente, presidente y past president entre 2013 y 2018.  Asimismo, presidió la Cámara Mundial de la Construcción (Confederation of International Contractor’s Associations, CICA), entre 2016 y 2018.

Hoy es consejero honorario tanto de CICA como de la CChC.

Actividad y recuperación

Fotografía de proyecto Andes Norte, Codelco El Teniente.

-En esta etapa post pandemia ¿cómo ve que las empresas constructoras están saliendo de la crisis?

-En los últimos años lo más duro que nos ha tocado vivir ha sido la pandemia, que afectó muchos inicios y continuidad de proyectos. La pandemia, que tuvo un golpe en las economías a nivel global y a nivel país, afectó las inversiones de forma importante, y como nuestro sector está ligado directamente a las inversiones, afectó el nivel de actividad. Eso persiste. Se ha ido retomando el nivel de actividad, pero en mi opinión, recién el próximo año va a haber una cierta normalidad económica.

Sin perjuicio del aspecto financiero, el mercado laboral ha tenido importantes cambios, ya que hay menos gente interesada en el trabajo de construcción general y de construcción en minería, por “cambios de habito” de la gente, que tiende a realizar más trabajos por cuenta propia combinados con trabajos online.

-Usted decía que en 2024 habría una normalidad económica. ¿Normalidad comparada con qué periodo?

-Normalidad respecto a lo que teníamos antes de la pandemia. Ahora, entre medio también han aparecido situaciones que han afectado la inversión y, por ende, la actividad. Primero fue el estallido social y posteriormente el tema constitucional, que hoy está más normalizado; pero por otro lado no se ha recuperado el acceso al sistema financiero y al mercado laboral. Para poder operar, las empresas necesitan que el sistema financiero las apoye y eso ha tenido un retorno bastante lento.

-¿Porque el sistema financiero está muy restrictivo todavía?

-Está bastante restrictivo, en particular para el sector de las empresas constructoras.

-¿Producto de las numerosas quiebras que han ocurrido?

-La consecuencia son las quiebras, pero el origen de la situación está en que en la pandemia se produjo un alza de los costos, de los materiales, y escasez de mano de obra, entre otros factores. Esa situación hizo que varias empresas tuvieran problemas con sus contratos, porque estos se tomaron en determinadas condiciones y las condiciones cambiaron, y esa es la razón de muchas quiebras de empresas.

-¿Dónde están viendo oportunidades hoy en el país y en el futuro más inmediato?

-Diría que van a continuar las inversiones de optimización y aumentos de producción. Codelco obviamente tiene que seguir con sus proyectos estructurales y todo lo que involucra la optimización de su producción. Pero no visualizo, para el corto plazo, que vaya a haber inversión de proyectos nuevos, a no ser que se agilice la aprobación de proyectos que están entrapados en los procesos de tramitación.

-¿Ese sería el principal escollo para que no haya nuevas inversiones?

-La demora en los permisos, que son cientos, retrasa los proyectos en cinco años a lo menos. Los proyectos nuevos se demoran, desde que nacen hasta que empiezan a construirse, diez años, de los cuales cinco son por una sobre exigencia o burocracia de permisos. Eso no significa que no se vaya a respetar la legislación vigente, pero la burocracia y la permisología han ido en contra del desarrollo y la inversión en Chile.

En periodos de normalidad económica, del total de la inversión en construcción en Chile aproximadamente el 30% corresponde al área de vivienda y el 70% al área de infraestructura. Dentro de este 70% está la infraestructura productiva y la infraestructura propiamente tal. Dentro de ese segmento está la minería. Cuando todo anda bien, la minería representa un 30 a 35% de ese 70% y el resto son caminos, puertos, aeropuertos, puentes, etc., infraestructura que en muchos casos está relacionada con proyectos mineros; porque un proyecto minero necesita accesos, energía, puerto, aeropuerto, etc.  Entonces, cuando la inversión general se afecta, impacta directa e indirectamente a ciertas áreas de la economía, como la minería.

-Ustedes trabajan con SQM en litio, ¿qué expectativas tienen respecto del desarrollo de otros proyectos en este campo?

-Todo el mundo espera que la oportunidad que tiene Chile en litio realmente se aproveche de forma oportuna. Obviamente estamos atentos, pero no estimo que en el corto plazo vaya a suceder. No soy experto en litio, pero hay una amenaza de reemplazo de ciertos minerales equivalentes, entonces, puede que la ventana no sea tan larga. Pero, aunque se llegara a un acuerdo, cualquier proyecto toma su tiempo; hasta que se empiece a producir pueden pasar varios años.

Codelco y sus proyectos estructurales

Chuquicamata Subterránea.

-Dada su experiencia en minería subterránea, ¿cuál es su visión respecto de lo que está pasando con Chuquicamata Subterránea, con costos que han subido de manera significativa y los retrasos que ha tenido?

-Una de las razones de los aumentos de los valores es lo que indicaba anteriormente: el alza de los costos. Pero también hay una situación de cambio de condición que tiene su origen en la ingeniería. Abstrayéndose del caso de Chuquicamata, en general los plazos y presupuestos de construcción, sean obras subterráneas o no, dependen de la ingeniería. Y si la ingeniería cambia o se va completando en la medida que se va ejecutando la construcción, puede ser que los presupuestos sean más altos.

Ahora bien, la parte subterránea tiene una particularidad, que tiene que ver con la geotecnia. Los parámetros geotécnicos normalmente llevan a un cierto diseño minero, y si eso cambia, cambia el diseño y también el presupuesto de construcción.  Varios proyectos subterráneos tienen situaciones que se originan por un cambio en la ingeniería, producto muchas veces –y en forma bastante recurrente– del efecto geotécnico, con un impacto en el diseño y en el presupuesto. Eso se observa en todas las grandes minas subterráneas.

-¿No debieran tomarse más resguardos en ese sentido?

-Lo que ha pasado en la historia más reciente es que las empresas desarrollan un cierto nivel de ingeniería que no es completa, por describirlo de alguna manera, y la diferencia se va ajustando en el camino. ¿Por qué las empresas hacen eso? Porque hacer una ingeniería completa requiere bastante tiempo, y muchas veces las necesidades de tener la producción o de tener los proyectos caminando, lleva a “ahorrarse” parte de esa etapa y después vienen algunas consecuencias de esto.

El trabajo colaborativo en la relación mandante-contratista, en etapas tempranas de los proyectos, con claro foco en aumentar la productividad, aprovechando la alta tecnificación de los equipos, la transformación digital, la simplificación de los procesos de trabajo, y donde las empresas puedan asumir íntegramente su rol, sería beneficioso para los proyectos en su conjunto.

-Considerando la importancia de la ingeniería, ¿no sería mejor demorarse un poco más y hacer la ingeniería completa?

-Eso depende del balance. Puede que haya un sobregiro en el presupuesto o los presupuestos, pero también hay un balance que tiene que ver con la producción. El negocio de una compañía minera es producir y si se demora la producción porque la ingeniería se va a demorar un año o más, tal vez en la evaluación es mejor asumir un sobrecosto, pero salir antes con la producción. Aunque también pueden darse las dos cosas mal, que se demore más en producir y además con sobrecosto.

-Que es más o menos lo que le está pasando a Codelco…

-Ahí la preparación de los proyectos se ha demorado y hay un sobrecosto por diversas razones, aunque también se podría decir que los proyectos se han demorado porque no partieron en el debido tiempo o porque los parámetros iniciales fueron, tal vez, más optimistas de lo que realmente ha sucedido.

-A su juicio, ¿fue un error haber desarrollado los proyectos estructurales de forma simultánea?

-Me parece que esto de hacerlos todos juntos fue una circunstancia en que el tiempo obligó a hacer eso. Deberían haber partido unos antes, claro que sí, mirado hoy…Chuqui Subterráneo era una idea que venía de hace mucho tiempo y llegó el minuto en que ya no se podía demorar más y había que partir. Creo que las circunstancias obligaron a que partieran de manera simultánea.

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