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Entrevista a Sergio Jarpa en El Mercurio: Exvicepresidente de Codelco pide sincerar rentabilidad de proyectos estructurales

El exvicepresidente de Operaciones Norte de Codelco estuvo recientemente en la terna desde la cual el Presidente Piñera definió a los directores de la minera estatal. Sergio Jarpa, Líder de “Voces Mineras”, también advierte influencia de sindicatos en decisiones clave:
Autor: Tomás Vergara P.

El exdirectivo de la minera apunta a que es necesario destinar los escasos recursos que tiene la estatal solo a las iniciativas que generarán valor a la corporación. Una etapa crucial para su futura es la que vive Codelco, en medio del desarrollo de una serie de proyectos estructurales que buscan que la producción de cobre se mantenga durante la próxima década en torno a los 1,8 millones de toneladas.

En ese escenario, el exvicepresidente de Operaciones Norte de la minera y líder de “Voces Mineras”, Sergio Jarpa, entrega su diagnostico y advierte que en el corto plazo se comenzarán a ver los efectos de las tardías decisiones de administraciones pasadas y de la poca preocupación de los gobiernos de turno sobre la minera, “Codelo no va a quebrar porque es una empresa del Estado, pero si fuera privada ese riesgo estaría presente. Coldelco paga cerca de US$ 600 millones anuales solo en intereses y en el próximo quinquenio vencen bonos por US$ 7 mil millones, período en el que no entra ningún proyecto que agregue producción. Esto configura la tormenta perfecta que se avecina para Coldelco, lo que ha sido dimensionado, ni comunicado con claridad por parte de las autoridades”.

Es por esto que, según dice, resulta clave impulsar una revisión exhaustiva de la caertera de proyectos que impulsa la minera. Si bien reconoce que la compañía ha enfrentado una posición desmejorada respecto a su acceso a financiamiento, advierte que no es bueno invertir en malos proyectos. “Hace falta un sinceramiento del actual estado de los estructurales y ver con cuáles vale la pena seguir o si hay que modificar en función de los recursos disponibles”, asegura. Agrega que estas iniciativas tienen cálculos de rentabilidad con supuestos que son difíciles de cumplir. “Por ejemplo, menores costos y mayor productividad que las operaciones actuales. Si estos supuestos no se cumplen, es dable pensar que la rentabilidad no será la misma que se proyectó”

Sobre si la compañía se enfrenta a un punto de no retorno, explica que una situación como esa se vivirá en unos tres años, cuando irremediablemente caigan los niveles de producción. “Si uno no se guía por lo que ha dicho el presidente del directorio, coincidimos en que hay un muy buen diagnóstico, pero no vemos cuáles serán las posibles soluciones. Desde el gobierno han dicho que el financiamiento de Codelco se verá después de la reforma tributaria, mientras sigue pasando el tiempo”

Negociación en Chuqui

En medio de la negociación que atraviesa la división Chuquicamata, Jarpa advierte también de los efectos que podrían existir por la estrategia que se está utilizando, en un proceso que – al ser “a libro cerrado” – no contempla incentivos ligados a mejoras en la productividad de los trabajadores y solo se remite a la definición del bono de término de negociación.

Asimismo, apunta a que es clave que la minera no acceda a las peticiones de los trabajadores respecto a la nivelación de beneficios con aquellos empleados que ingresaron post 2010. “Yo participé en la negociación en que se estableció que los nuevos trabajadores entraban en condiciones de mercado, pero de apoco estos nuevos trabajadores han ido obteniendo nuevos beneficios, haciendo que su costo se asemeje a los antiguos, pero los supuestos de productividad que hay en estructurales son muy inferiores”.

Jarpa concede que por muchos años ha existido una suerte de cogobierno al interior del yacimiento, en el que los sindicatos han contado con mucha participación en la toma de decisiones clave, como las dotaciones que se desempeñan en la faena. “Durante un tiempo se hizo más allá de lo razonable para evitar conflictos, la paz laboral tuvo un altísimo costo”, admite. Junto con esto, apunta a los desembolsos que ha realizado la minera en estos aspectos durante los últimos cinco años, en torno a los US$ 213 millones en planes de egreso y unos US$593 millones en bonos de término de negociación.

Nota original de El Mercurio. Puedes leerla de la fuente original aquí

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