Skip links

ENAMI: ¿Empresa necesaria?

Verónica Baraona

Por Verónica Baraona, socia de Voces Mineras A.G.

La abogada, socia de Voces Mineras, ex subsecretaria de Minería y ex directora de ENAMI, analiza la situación de la empresa, sus desafíos y cómo debiera enfrentarlos, rescatando el importante rol de fomento minero que cumple.

Con mucha preocupación hemos conocido, a través de los medios de comunicación y de parte de las autoridades del sector, la difícil situación que atraviesa la Empresa Nacional de Minería (ENAMI) tanto desde el punto de vista financiero como de infraestructura.

El financiamiento de ENAMI proviene de los recursos que le asigna la Ley General de Presupuestos y de otras entradas provenientes de contratos propios de sus actividades. En los últimos años esta empresa del Estado ha debido incrementar su endeudamiento de forma considerable, lo que ha hecho inviable su administración en forma eficiente. La deuda total acumulada al 2023 asciende a US$640 millones, una situación nunca vista para esta empresa.

No se trata de que el Estado espere utilidades, ya que por su naturaleza ENAMI no las puede producir, pero sí que cumpla las funciones que se le han encomendado con los recursos que se le aportan.

Para llevar a cabo sus funciones, ENAMI requiere modernizar sus poderes de compra con mediciones metalúrgicas transparentes y equitativamente reales, y evaluar sus plantas de beneficio en las que no se ha inyectado el capital suficiente para su adecuado funcionamiento.

La Fundición Hernán Videla Lira tiene ya más de 70 años (fue construida en 1952), está obsoleta desde el punto de vista tecnológico, no es competitiva y le provoca graves pérdidas a la empresa, además de estar fuera de norma, ya que no cumple con las disposiciones establecidas en el Decreto N°28 que regula las emisiones para fundiciones de cobre y fuentes emisoras de arsénico.

Desde hace más de 10 años se viene discutiendo a nivel de la plana ejecutiva de ENAMI y de su Directorio, la posibilidad de modernizar o construir una nueva fundición –necesaria para el desarrollo minero de nuestro país–, pero a medida que las decisiones se fueron postergando, la inversión requerida aumentó y como sabemos, los recursos son escasos.

Planta Matta de Enami.

Sin embargo, cabe hacerse un par de preguntas.

La primera, ¿ENAMI necesita una nueva fundición? Considerando la situación actual de la empresa, ésta debe olvidarse de construir una nueva fundición, ya que aquello no es parte del proceso de apoyo a la pequeña minería, que es el objetivo principal de esta empresa. Adicionalmente, hechos los análisis y estudios para dicho propósito, la respuesta es coincidente: no se necesita y no es prioridad.  Si bien esto puede tener un impacto en la creación de nuevas fuentes laborales, como ha ocurrido ahora con el cierre de la Fundición Hernán Videla Lira, donde alrededor de 500 trabajadores y trabajadoras quedarán lamentablemente sin trabajo, la decisión responde a las condiciones actuales de la empresa y la viabilidad de este tipo de infraestructura.

La segunda pregunta que surge es ¿resulta necesario para el Estado de Chile mantener una empresa como ENAMI? Creo que la respuesta es a todas luces afirmativa, ya que, pese a su actual situación, ENAMI es una empresa estratégica para el Estado de Chile, única en el mundo, reconocida por varios países mineros, gestora de políticas públicas para el sector de la pequeña y mediana minería. Ha impulsado por décadas el fomento tanto directo como indirecto en todas las regiones donde hay desarrollo minero, especialmente en el norte de nuestro país, cumpliendo un rol social y económico que impacta en forma importante a los habitantes de dichas regiones, con un promedio de alrededor de 2.000 faenas activas empadronadas, las que varían dependiendo del precio del cobre.

Pero, ¿cómo hacemos viable esta empresa para el Estado de Chile? Es necesario que se adecúe su estructura interna, de manera de reducir los altos desembolsos en recursos humanos, contar con los profesionales especializados para los nuevos desafíos y tener un gobierno corporativo ad hoc para sus objetivos.

Por último y en relación con el mandato recibido por parte del Presidente de la República para que ENAMI se involucre en la Estrategia Nacional del Litio, si bien es una actividad sin experiencias anteriores, aparece como una oportunidad atractiva para el desarrollo de nuevas iniciativas y negocios para la empresa. Mediante la asociación con privados que permitan explotar Litio en salares de interés, esta actividad podría generar los recursos que necesita para su sostenibilidad y desarrollo. Ahora bien, este es un desafío que requerirá del asesoramiento de expertos con un profundo conocimiento de la industria chilena y con visión de futuro. Sólo el tiempo dirá si esta apuesta será o no exitosa.

En definitiva, el éxito de ENAMI depende en gran medida de que se defina una buena estrategia que incorpore los desafíos de la minería moderna, priorizando sus inversiones y buscando oportunidades que le permitan desarrollar mayores recursos. Pese a que el escenario es complejo, nuestra necesidad como país de que ENAMI prospere es mayor, y con un adecuado balance de los factores mencionados, sin duda se saldrá adelante.

Deja tu comentario

Nombre*

Sitio web

Comentario