Revista Nueva Minería

“La demanda por los derivados del petróleo debiera continuar a la baja. El mundo avanza hacia una economía más electrificada, reemplazando los derivados del petróleo por electricidad en la movilización, la calefacción y otros usos”.

Por María Isabel González, gerente general de Energética Consultores
_________________

La Agencia Internacional de Energía (AIE), por sus siglas en inglés, prevé una baja del consumo de energía y con ello, de los precios del petróleo. Así, los futuros de referencia Brent bajan de 40 dólares el barril. En tanto, el precio del barril de petróleo WTI oscila alrededor de 35 dólares.

Desde inicios de año, los precios del petróleo venían descendiendo como consecuencia de un exceso de producción y de la caída de la demanda en China, que tuvo que ralentizar su actividad económica para hacer frente a la crisis del coronavirus.

Al parecer, precios de 40 dólares por barril será la “nueva normalidad”, al menos por un tiempo. Sin embargo, esta previsión está lejos de deberse sólo a la contingencia provocada por la pandemia.

La demanda por los derivados del petróleo debiera continuar a la baja. El mundo avanza hacia una economía más electrificada, reemplazando los derivados del petróleo por electricidad en la movilización, la calefacción y otros usos.

Como es sabido, en la producción de electricidad se utilizan en una proporción insignificante los derivados del petróleo, pues alrededor del 3% de la electricidad en el mundo se genera con combustibles como diésel y fuel oil y será cada vez menos con el avance de las energías renovables.

Chile no escapa a esta tendencia mundial. En lo que va corrido del 2020 sólo el 5% de la electricidad se ha generado con derivados del petróleo. En tanto, en el mismo período, la energía eólica y solar, en conjunto, representaron un 13% de la energía generada.

Adicionalmente, los precios de otros combustibles fósiles como el gas natural y el carbón también han bajado, pues éstos son ampliamente utilizados en la generación eléctrica y constituyen el soporte de las fuentes renovables.

Cabe destacar que, si bien la energía hidráulica ha disminuido su aporte a la generación eléctrica, continúa siendo un recurso importante para nuestra matriz. Por lo tanto, la baja de los precios del petróleo no debiera afectar al desarrollo de proyectos de energías renovables, ya que éstos se sustentan en bases sólidas como la gran competitividad de las tecnologías solar y eólica, que han disminuido sus precios notablemente en los últimos años.
Y no menos importante es avanzar en el objetivo de la sustentabilidad, para lo que se requiere la electrificación de los consumos energéticos y así disminuir la contaminación local y contar con un medioambiente más limpio.

No menos importante es, asimismo, reducir la dependencia, dentro de lo posible, de este combustible cuyos precios están lejos de regirse por costos, sino que son dictados por razones políticas y la cartelización de los productores.