Los Proyectos Estructurales de CODELCO y sus Desafíos de Gestión
Hoy, en el marco de los problemas de financiamiento y nivel de endeudamiento que enfrenta CODELCO, se discute a través de la prensa la necesidad de que el Dueño, esto es, todos los chilenos representados por los Ministros de Hacienda y Minería, impulse dos medidas relevantes para sustentar la marcha económica rentable de la empresa con una perspectiva de largo plazo: Capitalizar adecuadamente la Compañía y eliminar la Ley Reservada del Cobre.
No cabe ninguna duda que estas dos acciones son necesarias y urgentes de concretar, de forma tal de poder disponer de una empresa financieramente sana y que pueda competir de igual a igual con el resto de los actores de la industria minera. Sin embargo, estas acciones están supeditadas al ámbito externo a la administración de la Compañía, y nada dicen respecto de los desafíos de gestión ni de los supuestos y rentabilidad de sus proyectos estructurales, lo que se estima imprescindible para dar una efectiva e integral solución al dilema productivo que enfrentará la empresa en este quinquenio.
Voces Mineras A.G., constituida por un grupo de profesionales de dilatada y destacada trayectoria en la minería – incluida Codelco – y entidades relacionadas, no puede abstraerse de esta discusión, razón por la cual a continuación expone su visión colegiada sobre esta materia
La pregunta relevante que uno puede hacerse es si las dos acciones citadas son condición necesaria y suficiente para superar la alicaída situación por la que atraviesa CODELCO, que según lo que se indica por la prensa, es su peor año en los 40 de existencia de la principal empresa productora de cobre del mundo.La respuesta que entrega la Administración es que al llevarse a cabo estas dos acciones ella podría contar con el ingente financiamiento que demanda la ejecución de los denominados Proyectos Estructurales de CODELCO, de forma tal de mantener sus niveles de producción y asegurar su sitial de liderazgo y competitividad que ocupa en la industria.
Independiente de que estos proyectos, algunos de los cuales se encuentran con atrasos en su puesta en marcha, otros en profunda reformulación debido a severos problemas técnicos y de sustentabilidad para su implementación, lo que es indicativo que no estarán operativos en las fechas programadas en sus planes de negocio implicando un descenso significativo de la producción en los próximos años, cabe preguntarse la real conveniencia económica de invertir en todos ellos, teniendo en consideración la alta demanda de recursos a que está sometida la Hacienda Pública.
En la industria de la minería, la rentabilidad de los proyectos está básicamente dada por dos componentes: la primera, dice relación con el monto de la inversión necesaria para concretarlos, la cual se encuentra en revisión y ya se conoce que ha aumentado en forma significativa, y la segunda componente dice relación con los flujos de caja futuros que el proyecto entregaría.
Esta segunda componente tiene a su vez tres grandes elementos: la producción anual comprometida, el precio considerado de mediano y largo plazo del cobre (variable en la cual no podemos intervenir) y los costos y productividad asociados al nivel de producción.
En referencia a los costos de producción y productividad que proyecta la empresa, para asegurar la rentabilidad de sus proyectos estructurales bajo los distintos escenarios de precio del cobre, en general es fácil constatar que, sin distinción, contienen apreciables exigencias que representan quiebres relevantes en la tendencia que incluso muestran sus actuales operaciones, donde se verifica que no es suficiente las reducciones de costos que ha venido realizando la empresa para ajustarse al ciclo de precios actuales. Es así como estos proyectos se han diseñado bajo condiciones de operación de alta productividad, bajos costos, altos índices de seguridad y salud ocupacional, para asegurar su conveniencia económica que permita capturar el máximo valor del negocio, aun teniendo condiciones de explotación cada vez más desafiantes y con leyes de mineral ostensiblemente decrecientes, como es el denominador común de la industria, lo cual significa trabajar con dotaciones altamente calificadas y controladas de personal, con operaciones sinérgicamente centralizadas, integradas, automatizadas, telecomandadas y bajo modalidad continua.
Asimismo, para asegurar la captura de valor en materias de costos y productividad, los grandes proyectos de la industria consideran en su diseño que contarán con el personal idóneo, calificado y certificado, en forma oportuna y apropiada, con roles y responsabilidades claramente definidas para asegurar el uso de las mejores prácticas operacionales de la industria, en base a la aplicación de enfoque de gestión de procesos tecnológicamente probados y de última generación, logrando incorporar las lecciones aprendidas y las mejores metodologías para gestionar las operaciones.
En el contexto de lo anteriormente señalado, cabe preguntarse si los proyectos estructurales de Codelco están cumpliendo con las condiciones esenciales que deben satisfacer para asegurar su conveniencia técnico-económica y de sustentabilidad, de cara a la minería del siglo XXI, de manera que el Dueño no exhiba cavilaciones respecto de sus aportes de recursos para financiar la prosecución de los mismos en los plazos ya reprogramados.
En otras palabras, ¿cómo hacemos que las autoridades y organismos técnicos que evalúan y aprueban los proyectos se convenzan de los resultados favorables que debieran arrojar los necesarios test ácidos que deben realizarse a la gestión de inversión que actualmente está llevando a cabo Codelco, y de esta manera justificar la asignación de cuantiosos recursos – con poderosas opciones sociales de uso alternativo – para la ejecución oportuna, rentable y sustentable de los proyectos estructurales de la Compañía?.
La interrogante anteriormente planteada cobra especial relevancia en la encrucijada actual de la empresa, toda vez que en un ambiente de poca claridad sobre el estado actual de los proyectos estructurales de Codelco y de cómo se está gestionando su ejecución, de manera de tener un adecuado accountability de la Administración en la materia, surgen voces que buscan cambiar la institucionalidad actual de la Compañía en lo atingente a la estructura de propiedad, para incorporar capitales privados que actúen como agentes de mayor eficiencia en la conducción superior de la Empresa, lo cual es un aspecto de orden mayor que requiere leyes de quorum calificado que no solo dilatan las soluciones requeridas de suyo urgentes, sino también – y es fácil advertir – no cuentan con los debidos respaldos en los procesos legislativos.
Consecuentemente, el tema de la propiedad no es parte de la solución imperiosa que hoy requiere Codelco, puesto que existen opciones de solución que deben agotarse genuinamente para respaldar la sustentabilidad de largo plazo de una empresa que tiene un futuro concreto – por la gran base minera y know how que le son distintivas en la industria – y que es un activo muy rentable para el país.
En línea con lo anterior, y apartándose del enfoque mediático que hoy se está dando al tema, debe haber un real y sustantivo sinceramiento técnico y económico de los proyectos estructurales y de la transformación que estos proyectos exigen a los actuales paradigmas de operación, a fin de pasar de inmediato a soluciones estratégicas que deben formar parte de este verdadero rescate de urgencia de la Empresa.
Como condición para la aprobación de cada proyecto estructural, demostrada su factibilidad técnica, económica y de sustentabilidad, es fundamental que el Directorio mandate y respalde a la Administración para que realice también los cambios estructurales en la gestión de productividad y costos, de modo que se garantice el cumplimiento de los supuestos considerados en su evaluación. Tenemos claro que la tarea no será fácil pero sí imprescindible, ya que es una responsabilidad histórica de la cual ninguno de los actores involucrados puede sustraerse si se quiere asegurar la supervivencia de Codelco como la más importante y rentable empresa del Estado de Chile.