John Graell: “Somos procesadores que nos dedicamos a agregarle valor al molibdeno”
Para el presidente ejecutivo de Molymet, la tendencia de los productos “tailor made” está cada vez más presente y obliga a responder a clientes con requerimientos específicos.
John Graell ha liderado Molymet por 31 años y hace un par de meses le tocó oficiar de anfitrión de un evento que se realizó en sus instalaciones con ocasión de la Asamblea General Anual de la Asociación Internacional de Molibdeno (IMOA), de la cual fue presidente entre 2001 y 2005.
El objetivo principal de IMOA es promover el consumo del molibdeno en el mundo. Es una asociación que tiene cobertura global y reúne a los distintos eslabones de la cadena de producción y comercialización de este metal, incluyendo a productores, convertidores, procesadores, traders, comerciantes y consumidores.
A partir de las características propias del Mo, tales como su resistencia mecánica y a la corrosión, IMOA trabaja para identificar nuevas oportunidades que favorezcan su consumo y, a la vez, mantiene una activa participación frente a los posibles riesgos o restricciones que puedan afectar su demanda. En ese sentido, explica Graell, hacen seguimiento a temas de salud, tanto ocupacional como de los consumidores, así como a tópicos medioambientales relacionados con las distintas fases de elaboración, desde la etapa extractiva hasta la industrial.
Como ejemplo, cita la importante cantidad de regulaciones nuevas que surgieron en Europa, afectando particularmente al comercio exterior desde el resto del mundo hacia el viejo continente, que tienen que ver con toxicidad, impactos directos e indirectos sobre la salud de las personas y los trabajadores, y que también regulan el transporte de este tipo de materiales. “En general, los gobiernos, partiendo por Europa, han ido instalando regulaciones, no sólo ambientales respecto de la producción, sino también de salud y seguridad para el consumo. Ese es un frente donde siempre es más conveniente que, en vez de tratarse individuamente a nivel de las empresas, se maneje a nivel de una asociación gremial”, plantea.
Sobre el rol que Chile y las empresas chilenas juegan en IMOA, hace ver que el país produce alrededor del 20-25% del molibdeno en el mundo, como subproducto de la gran minería del cobre. Es así como las grandes compañías mineras participan en esta asociación gremial y normalmente más de un representante chileno integra su Comité Ejecutivo. De hecho, son varios los ejecutivos chilenos que han presidido la agrupación, además del propio Graell. Entre ellos, los socios de Voces Mineras, Jürgen Leibbrandt y Víctor Pérez.
–¿Cómo describiría a la industria del molibdeno de Chile?
-Hay que separar entre la industria meramente extractiva, en que están los subproductos de la gran minería del cobre y en que el tema principal no es el molibdeno, sino el cobre y probablemente la plata y el oro. Y luego estamos gente como nosotros, Molymet, que no somos mineros, sino más bien industriales; somos procesadores que nos dedicamos a agregarle valor al Mo y llevarlo al mercado por todo el mundo. Como Molymet tenemos una participación de mercado del orden de un tercio del mundo.
Hay productores que también comercializan y nosotros cumplimos un servicio de maquila, pero hoy la gran mayoría nos vende el molibdeno y nosotros seguimos adelante hasta el consumidor final.
-¿Ustedes se abastecen exclusivamente del molibdeno que se extrae de las faenas chilenas?
-Tenemos contratos de largo plazo no sólo en Chile, sino también en Perú, México, Estados Unidos, Canadá. También traemos materiales desde Kazajistán, Armenia y otros países de esa zona. Digo traemos, pero no necesariamente todo a Chile. Como tenemos plantas en Europa, México y Chile, vamos distribuyendo dependiendo de los países de origen.
-¿Quiénes son sus principales competidores?
China juega un rol importante, es autosuficiente, consume alrededor de un 40%. Hay unas cuatro o cinco compañías grandes en ese país, parecidas en tamaño, pero están muy orientadas a la autosuficiencia, es decir, más o menos producen lo que consumen. Luego, en Estados Unidos Freeport es un productor y procesador importante. Aquí en Chile, Codelco. Hay algunos otros en Asia y Europa, un poco más chicos.
Innovación en el molibdeno
-¿Cuán innovadora es la industria del molibdeno en los distintos segmentos?
-Depende mucho de lo que se entienda por innovación. En la medida que se entienda por usar procesos o fórmulas permanentemente novedosas, la vida de Molymet ha sido esa. Durante los 47 años que estamos en este mercado, hemos crecido desde prácticamente cero, a tener una participación mundial más o menos grande, para lo cual hemos estado innovando permanentemente, tanto para atender a nuestros clientes mineros que nos entregan las materias primas como a nuestros clientes consumidores finales, en un mundo en que los commodities tienden a desaparecer y el concepto de los tailor made está muy encima de la mesa y cada vez más exigente, porque cada cliente tiene requerimientos específicos.
Llevo 31 años a cargo de esta compañía, así es que puedo dar fe de este proceso. Tenemos un equipo de I+D+i muy potente.
-¿Cuánto invierten en innovación y desarrollo?
-Estamos invirtiendo del orden del 0,5% de nuestras ventas y nuestra meta es llegar a 1% en 2030.
-¿Cuáles han sido las principales innovaciones que han introducido?
-Hemos innovado en los procesos tecnológicos, porque junto con obtener mejores productos, más a la medida de los clientes, han ido cambiando las exigencias medioambientales, lo cual también ha requerido una innovación potente y muy dinámica. Siempre trabajamos con las mejores tecnologías disponibles en el mundo.
También ha habido innovación en cuestiones que a veces son menores, pero que influyen mucho en los modelos de negocios, sobre todo, en la administración de riesgo. Hay muchos pequeños procesos administrativos que se manejan a través de bots, que son pequeños procesos automatizados, y respecto de los cuales finalmente la gente entendió que era mejor tener todo automatizado y así tener más tiempo para análisis. Siempre está el temor de que la automatización es sinónimo de desempleo, pero es al revés. Es más tiempo para hacer análisis y cometer menos errores.
-¿Cuáles son los usos principales del molibdeno hoy?
-No ha cambiado mucho. Básicamente en la industria del acero. El molibdeno le da ciertas características al acero que lo hacen muy particular. Por ejemplo, en una cuba de acero inoxidable el Mo le da resistencia y la protege de la corrosión. Otro ejemplo son los puentes que atraviesan el mar, que están expuestos al ambiente marino, donde se necesita acero con Mo para protegerlos de la corrosión. También hay aplicaciones más pequeñas, como productos para la medicina, por ejemplo, clavos de titanio que se utilizan en las operaciones traumatológicas, o los stent coronarios. Molymet fabrica la materia prima para eso. Estamos desarrollando un producto especial de molibdeno y renio.
Todos los revestimientos de un pabellón de cirugía de alta complejidad son de planchas de acero inoxidable de alto molibdeno, por las facilidades de control de bacterias, entre otras cualidades.
-¿En particular, cómo se aprovecha el renio, que es un subproducto del molibdeno?
-Nosotros producimos alrededor del 70% del renio que se produce en el mundo. Este es el segundo metal más resistente a la temperatura, de todos los de la tabla periódica, y sus aplicaciones son precisamente en aquellos lugares donde se requiere una gran resistencia a la temperatura. Se usa, por ejemplo, para fabricar ciertas partes de las turbinas de avión que están muy expuestas a altas temperaturas. Se utiliza la aleación con renio y gracias a eso se pueden hacer vuelos más largos.