El director ejecutivo de Plusmining, quien expuso en el foro organizado por Voces Mineras, planteó que estamos ante un quiebre estructural no sólo en la demanda mundial de litio, que se refleja en un aumento esperado de 10% promedio anual, sino también en la oferta del mineral, que tendería a crecer a un ritmo de 16% al año.

Como expositor del Foro “Desafíos y Oportunidades para la Minería del Litio en Chile” que organizó la asociación gremial Voces Mineras, el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, ahondó en las perspectivas para este mercado, respecto del cual planteó que si bien tiene ante sí expectativas favorables, no está exento de riesgos.

Previo a entrar en su análisis, Guajardo se detuvo en el contexto histórico en que se ha desarrollado esta industria, que comenzó a tener importancia después de la Segunda Guerra Mundial por su uso en la fabricación de cerámicas y vidrio. Ese segmento siguió siendo relevante en las siguientes décadas: entre 1996 y 2000 representaba el 38% de su aplicación, mientras las baterías significaban sólo un 4%.

La tendencia cambia a partir del 2000, con la creciente utilización del litio (Li) en baterías para almacenamiento de energía, “quiebre que tiene una aceleración muy fuerte desde 2011-12”, sostuvo el especialista. Esa situación se reflejó en el precio, que pasó desde US$2.000 la tonelada de carbonato de litio equivalente (LCE) en 2005, hasta cerca de US$18.000/ton en 2021. “Esto está siendo totalmente superado en estos momentos: tenemos precios del orden de US$60.000/ton, por lo que ciertamente el proceso de quiebre estructural está en pleno apogeo”, manifestó.

De acuerdo con Guajardo, este cambio de tendencia está particularmente vinculado al auto eléctrico, dadas las magnitudes de Li que requiere este producto  frente a otras aplicaciones: “Mientras aparatos como computadores contienen 7 gramos de Li por unidad, un vehículo eléctrico requiere 1.000 veces esa cantidad. Y el despegue del auto eléctrico no es un tema del mañana, ya está ocurriendo. En 2021, a pesar de la pandemia, las ventas de vehículos eléctricos se duplicaron y sus tasas de penetración se están acercando a los 2 dígitos”.

En este contexto, y dado que el precio está reaccionando a este quiebre estructural, la minería moderna está respondiendo con un mayor interés por explorar, desarrollar recursos y proyectos, puntualizó Guajardo, lo que ha derivado en un incremento de las reservas de Li en el mundo.

Demanda y oferta

Al analizar el mercado del litio, Guajardo observó que, dentro de un rango variado de proyecciones para la demanda, todas coinciden en un fuerte incremento del consumo de Li hacia adelante, donde el vehículo eléctrico será el pivote central. Se estima que su uso en baterías, que en el 2000 representaba un 4%, equivaldrá a un 70% en 2025. Ello, considerando perspectivas de crecimiento para el mercado de autos eléctricos con tasas de 24% anual para un vehículo promedio.

Según el director ejecutivo de Plusmining, para la presente década se espera que la demanda de Li aumente a un ritmo de 10% anual.

Por el lado de la oferta, en tanto, destacó que las reservas de Li en el mundo se han multiplicado por tres en los últimos 20 años. “Australia las ha multiplicado en 36 veces, Estados Unidos por 20 y Chile por 3. Los recursos mineros de Li también se han multiplicado, por 7 a nivel mundial. Esto da cuenta que también hay un quiebre estructural en la oferta”, expuso.

Detalló que a los actores tradicionales que producen litio a partir de salmuera –como son Chile, Argentina y China–, se están sumando otros países como Bolivia. Asimismo, a los productores de minería de roca tradicionales se agregarían otros más, mientras aumentan las fuentes alternativas de Li, como las salmueras geotermales. A su vez, México y Estados Unidos se sumarían a la explotación de Li que se realiza a través de micas y arcillas, hasta ahora sólo desarrollada por China.

“Si lo vemos de forma agregada, la tasa de crecimiento de la oferta, que ha sido de 12% en los últimos 10 años, se va a acelerar aún más y vamos a tener tasas de crecimiento del orden de 16% anual, lo que es más alto que el aumento de la demanda. En el balance, hay gran presión de la demanda, pero con una importante reacción de la oferta”, subrayó.

Riesgos

Aunque existen perspectivas positivas para la demanda de litio, para Guajardo este escenario no está libre de riegos. Como tales, mencionó:

– La fuerte concentración del uso del litio en almacenamiento de energía, lo que hace que esté más expuesto a eventuales cambios tecnológicos.

– El hecho de que la materialización de las proyecciones de crecimiento de la demanda dependa de la velocidad del proceso de transición energética, el cual exige cierto compromiso con un desarrollo más verde, incluso sacrificando parte del  crecimiento económico, algo que no todos los países están dispuestos a conceder y surgen incertidumbres: por ejemplo, China está hablando de volver a usar carbón. “Es importante mirar las señales en el mundo, porque podría cambiar el ritmo con que esta situación puede concretarse”, aseveró el especialista.

– Desde el punto de vista de los costos, la tecnología del auto eléctrico aún no es muy competitiva respecto de un auto estándar, falta para llegar al punto de quiebre.

– Aunque la actual tasa de reciclaje del Li es insignificante (menos de 1%), la tecnología de mejoramiento de baterías hará que esta suba, lo que puede afectar la demanda del mineral en el mediano plazo.

– El desarrollo del hidrógeno y su coexistencia también derivaría en una moderación de la demanda.

Junto con ello, el director ejecutivo de Plusmining instó a mirar las estrategias que están desplegando otros países para convertirse o mantenerse como actores relevantes de esta industria. “Hay algunos que están apoyándose en su posición geográfica y su disponibilidad de níquel, cobalto y otros minerales, para desarrollar una industria del litio fuerte. Países mineros grandes como Australia y Canadá están invirtiendo muchos recursos en exploración para desarrollar esta industria, y las potencias industriales están muy activas para asegurar el acceso al recurso y desarrollar la cadena de valor”, puntualizó.

“Tenemos los recursos, tenemos la oportunidad de aprovecharlos, pero tenemos que estar atentos a la reacción del mercado internacional”, sostuvo Guajardo, haciendo notar que en competitividad Chile está en el lugar 17 del ranking entre los productores de litio, porque a pesar de los recursos abundantes que el país posee, está más atrás en capacidad instalada, disponibilidad de infraestructura, acceso a la demanda, entre otros factores. “La meta de profundizar su participación en la cadena productiva implica un trabajo desafiante y con mucha competencia”, concluyó.

Vea aquí la presentación de Juan Carlos Guajardo en el Foro “Desafíos y Oportunidades de la Minería del Litio en Chile.