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Héctor Guerrero: “Hay empresas que tienen dificultad para controlar eficientemente sus proyectos”

De la ingeniería naval pasó al área privada de ingeniería y construcción, acumulando experiencia en diversas empresas nacionales e internacionales. A través de la consultora que fundó hace 16 años, este socio de Voces Mineras se dedica al apoyo de gestión de proyectos, un eslabón crítico para el cumplimiento de cronogramas y presupuestos.

Formado como un hombre de mar en la Escuela Naval y como Ingeniero Naval Mecánico en la Escuela de Ingeniería Naval, en un momento de su carrera coincidió con la minería, tocándole participar en una de las más importantes innovaciones que ha tenido esta industria. Tras haber emigrado a Estados Unidos por invitación de una empresa norteamericana, años más tarde Héctor Guerrero fue responsable de instalar en Chile la tecnología de extracción por solventes y electroobtención, que marcó un punto de inflexión en el procesamiento de los óxidos de cobre.

Talquino de nacimiento, cuando tenía dos años de edad sus padres decidieron trasladarse a Santiago, donde su primera etapa escolar la cursó en un establecimiento de la Congregación Salesiana, para luego continuar sus estudios en la Escuela Naval. Era cadete en el momento en que conoció a su esposa, con la que lleva 64 años de matrimonio y con la que tuvo tres hijas.

Héctor Guerrero en la Escuela Naval (primera fila sentado, a la izquierda).

En 1959 hizo el curso de Guardia Marina y después se graduó como Ingeniero de Marina Mercante, hasta que, ya casado, decidió dejar de navegar. Se integró entonces a ASMAR (Astillero y Maestranza de la Armada de Chile), entidad que lo envió, becado, a la Academia Politécnica Naval, donde obtuvo su título de Ingeniero Naval Mecánico. En ASMAR estuvo a cargo de diferentes talleres (máquina de herramientas, fresas, torno), así como en estimación y presupuestos, entre otros, asumiendo responsabilidades gerenciales hasta 1971.

Ese año estuvo a punto de partir a estudiar a Francia, gracias a un concurso de El Mercurio, en el que presentó un paper sobre la importancia de los astilleros en el desarrollo económico de Chile. Pero un incendio destruyó el hospital de la Armada en Punta Arenas y la empresa norteamericana que se adjudicó la construcción del nuevo recinto, lo contrató para liderar el montaje. “Entre enero y octubre de 1971 montamos un hospital prefabricado de 200 camas y su mobiliario médico y funcional”, recuerda Guerrero.

Terminado ese proyecto se trasladó a Estados Unidos, donde terminó por obtener la ciudadanía. Allí ingresó como ingeniero a la firma Stran Steel, subsidiaria de National Steel. La empresa lo incluyó en un programa de Desarrollo de Ejecutivos Jóvenes, en el que durante un año pasó por diferentes áreas de la compañía, aumentando su conocimiento.

Se sintió atraído por el área de negocios, considerando que un alto porcentaje de los ejecutivos en Estados Unidos venía de ese mundo. “Tiene mucho sentido el hecho de que el área de negocios ayuda a conocer en forma más integral a las empresas”, comenta.

Enterado de su experiencia en ASMAR, un cliente invitó a Guerrero a trabajar en su empresa en Panamá, en la construcción de un astillero para buques pesqueros, lo que derivó en que algunos meses después fuera contratado en Houston por la firma Linbeck Construction, como ingeniero de contratos para el proyecto del Aeropuerto Tocumen de Panamá. Al poco tiempo lo designaron gerente de Desarrollo de Negocios de Latinoamérica.

Guerrero en La Esmeralda.

Punto de quiebre

En 1978 se incorporó a la compañía norteamericana Holmes and Narver, con sede en Los Ángeles, para liderar la venta de un proceso único para la época: plantas de extracción por solventes y electroobtención (SX/EW).

Así fue como Héctor Guerrero llegó a la minería chilena, a promover la nueva tecnología, lo que le significó su primer acercamiento a esta industria y ser protagonista, junto con Esteban Domic –con quien trabajó activamente en ese momento– de la introducción y desarrollo de un mercado para este nuevo proceso, que marcaría un punto de quiebre en la minería. “La Minera Pudahuel fue la primera planta instalada en Chile y una de las primeras plantas en el mundo”, subraya.

En un momento en que la actividad de ingeniería estaba deprimida en Estados Unidos y era plena crisis de 1982, recibió la invitación a integrarse a la empresa Northrop Grumman, fabricante de aviones militares. En ella Guerrero fue director del Programa Comercial de Compensaciones (Offset Program). “Mi función era ayudar a varios países compradores de diferentes aviones militares, como los F18-20”, dice.

Después de siete años en esa tarea, se incorporó a la empresa Fluor Daniel, firma de ingeniería y construcción de Los Ángeles, California. Participó en el programa “Management Control Group”, que le permitió acceder a cursos de Managment. Finalmente fue nombrado vicepresidente corporativo y gerente general-representante en Chile, completando otros siete años en la empresa.

Hacia 1995 el grupo Trafalgar House, de Londres, lo contrató para liderar Davy International en Chile, que después fue comprada por Aker Kvaerner, de Noruega. Como presidente y gerente general, era responsable de operaciones, ventas, proyectos y servicios con responsabilidad P&L (profit & lost), funciones que ejerció durante nueve años. Entre los proyectos que le tocó abordar destacan tres a suma alzada: la planta de SX/EW del proyecto Andacollo Cobre, la segunda planta de ácido de El Teniente, y el proyecto El Tesoro para Antofagasta Minerals.

Entre 2004 y 2008 Guerrero se desempeñó como consultor independiente para diversas empresas, entre ellas, General Electric, Minmetal, Sandvik, Posco, Salfa, entre otras.

En 2008, junto a Steven Koff, reconocido experto en estimaciones y control de proyectos, fundó Koff & Guerrero Consultants S.A. (KGC), consultora orientada a la gestión de proyectos. Los primeros servicios fueron para Anglo American, Caserones y Antofagasta Minerals, entre otras compañías.

Durante los últimos años la consultora ha consolidado varios servicios de apoyo al dueño, tales como consultorías especializadas, apoyo a proyectos, plataformas tecnológicas para apoyo a la gestión de proyectos.

A mediados de 2025 Héctor Guerrero se incorporó como socio a la asociación Voces Mineras.

Control de proyectos

– ¿Cuál es su análisis respecto de los problemas de cumplimiento de cronograma y alzas de costos que se han dado en diversos proyectos mineros?

– Diversas compañías tienen dificultad para controlar eficientemente sus proyectos, resultando en overrunsignificativos en su inversión y en los plazos de ejecución. Vi la oportunidad de ofrecer apoyo especializado, utilizando profesionales y herramientas propias de gestión, para apoyar a los dueños. Estas herramientas fueron transformándose en las plataformas tecnológicas que se comercializan exitosamente en el mundo.

Guerrero se sumó a Voces Mineras este año.

– ¿El problema de atrasos y sobrecostos se acentuó porque las compañías mineras dejaron de hacer control?

– Las grandes empresas tienen como objetivo la producción de mineral y no siempre tienen equipos permanentes especializados para proyectos. Adicionalmente, no siempre tienen sistemas estandarizados de ejecución de proyectos y dependen mucho del equipo disponible y de su método y estilo especifico de ejecución de los mismos.

– ¿Pero no debiera haber una supervisión sobre ellos?

– El problema es que cada proyecto es manejado de diferente forma según la persona, y algunos son exitosos y otros no. En este sentido, las herramientas probadas de gestión de KGC, tales como EzPro, son de mucha ayuda para estandarizar y normalizar la correcta ejecución, basada en las mejores prácticas de la industria de gestión y control de proyectos.

Otro de nuestros softwares que va en esta dirección es ValidRisk, para el análisis de riesgos y cuantificación de la contingencia de costos y plazo de proyectos, usando una metodología híbrida para riesgos sistémicos y riesgos específicos.

Además, antes de la iniciación de un proyecto y durante su desarrollo, hay un gran problema que se llama permisología. A esto apunta nuestro tercer software, de nombre EzLog, para el control de permisos y obligaciones.

– ¿Está actualizado a la nueva Ley de Permisos Sectoriales?

– Sí, por supuesto. En el caso de Ezlog, creamos una compañía subsidiaria de KGC donde somos socios con Carey & Allende, con quienes permanentemente actualizamos la normativa y cambios legislativos. Ya disponemos de órdenes de compra para implementar esta herramienta en diversas compañías, incluso fuera del área minera.

– ¿Cree que la nueva Ley de Permisos Sectoriales aliviará en parte la permisología?

– Espero que ayude, pero dependerá de la implementación y reglamentación en los diferentes sectores.

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