“Si China y Estados Unidos aprueban sus planes de crecimiento económico, va a haber demanda por minería”, afirma Ignacio Torresi, geólogo y vicepresidente ejecutivo para Seequent Latinoamérica.

El año próximo debiera ser de recuperación para la exploración minera, después de un 2023 relativamente difícil para la actividad, según plantea Ignacio Torresi, vicepresidente ejecutivo para Seequent Latinoamérica. Licenciado en Geología y master en Geología Económica de la Universidad de Campinas (Brasil), el ejecutivo describe cómo desde esta empresa han ido palpando el desempeño del sector.

“De acuerdo al índice de Standard & Poor’s, dentro de los últimos cinco años 2023 fue el periodo en que menos se perforó para proyectos de exploración, medido en número de metros perforados”, afirma, puntualizando que mientras las perforaciones para producción (para grade control, tronadura, entender mejor el recurso y las reservas) se mantuvieron estables, aquellas para proyectos greenfield e incluso brownfield “tuvieron una caída bastante fuerte en cantidad”.

Como posibles factores, alude a los atrasos en los permisos necesarios, a un contexto político inestable, con múltiples elecciones durante el año en diferentes países de la región, y también a una alta inflación y tasas de interés en bolsas de comercio donde se invierte en exploración minera, que en general consiste en capital de riesgo, el cual se ha visto reducido, dice.

En este escenario, se han dado grandes fusiones y adquisiciones de grupos mineros: Newcrest-Newmont, la compra de la división de carbón de Teck por parte de Glencore, o el spin off de Vale de su división de metales base. A ello añade las dificultades que ha tenido Codelco, con grandes atrasos en sus proyectos estructurales; los problemas políticos en Perú, que han impactado su industria minera; el cuestionamiento político a la gran minería a rajo abierto en Ecuador; y la reciente paralización de la mina de Cobre Panamá. “Ha sido un año desafiante”, indica.

De acuerdo con el geólogo, ahora hay que poner las fichas en 2024: “Lo más probable es que la minería se va a recuperar lentamente, porque si China y Estados Unidos aprueban sus planes de crecimiento económico, va a haber demanda por minería”, afirma. Aunque agrega que hay que estar atentos a las elecciones norteamericanas el año que viene.

La posición de Chile

Consultado sobre cómo está posicionado Chile en el actual escenario, Torresi opina que hay mucha expectativa en la exploración de litio. “Están llegando nuevos actores y desde Chile también se explora a los vecinos. La exploración clásica de cobre sigue, pero más bien en manos de las grandes mineras. Y hemos visto una caída en la exploración de metales preciosos, como oro”, comenta.

Al respecto, puntualiza que el hecho de que la exploración de cobre esté concentrada en grandes compañías no significa que el segmento de las empresas junior esté débil, sino más bien refleja que no han llegado nuevas empresas.

A su juicio, esta situación se puede atribuir a que otros países “se han hecho muy amigables a la exploración de cobre, no sólo para yacimientos de gran tonelaje, sino también para medianos y medianos a grandes”. En ese sentido, menciona a Brasil, “que ha crecido muchísimo en exploración de cobre”, así como a Perú, “que, con todos sus desafíos, se ha llevado gran parte de la inversión”, además de Ecuador y Argentina, con condiciones que son cada vez más competitivas respecto de Chile, sostiene.

Según el geólogo, los trabajos de exploración en Chile se han puesto bastante costosos en comparación con otros países. “Es caro el metraje de perforación; el costo operacional es más alto. Y para exploración greenfield, donde los presupuestos son más acotados que en producción minera, eso al final tiende a influir en las decisiones de las empresas de dónde invertir”, señala.

Con todo, asegura que Chile seguirá siendo explorado por cobre, “porque tiene un potencial gigantesco y es todavía, por varias razones, una jurisdicción estable y segura para los inversionistas. Lo que planteo es que debemos seguir trabajando para ser competitivos y estar preparados para aprovechar todo ese potencial”.

Tendencias tecnológicas

En relación a las nuevas tecnologías que están marcando tendencia en exploración minera, Torresi destaca aquellas que empoderan a quienes trabajan en terreno, con herramientas que les permiten ser más objetivos, y que la información quede almacenada, organizada y segura, sin perder su calidad ni su trazabilidad. “Es decir, sistemas con alta conectividad, que permitan almacenar imágenes, mapas, logueo de perforaciones, resultados de muestras, incluso modelos o interpretaciones que se hagan en campo, y que cuando la persona vuelva a la oficina esa información esté disponible y lista para trabajar”, explica.

También se busca que la tecnología posibilite al geocientista o al profesional acceder a la información desde su casa y, de esa forma, optimizar su actividad de campo y su calidad de vida.

“El uso de inteligencia artificial, más específicamente machine learning, es algo emergente para el profesional de exploraciones mineras. Ya tenemos software de modelamiento o de almacenamiento de imágenes en fase de prueba para lanzamiento comercial, que usan machine learning para asistir al momento de hacer un modelo, hacer una descripción de una foto o un logueo geotécnico, por ejemplo. El uso de la inteligencia artificial da herramientas que permiten dotar de una capacidad aumentada, es decir, hacer más de forma más eficiente y en menos tiempo. Incluso permite que el trabajo sea menos repetitivo y que la persona se mantenga motivada”, destaca.

Subraya, además, que en minería hay un uso creciente de sistemas en la nube, incluso para información relacionada a prospección geológica. “Ya pasamos de la etapa donde la información tiene que estar necesariamente en servidores físicos. Hoy en día las empresas mineras consumen una infinidad de aplicaciones SaaS, para contabilidad, comunicación y ahora también para almacenamiento, gestión y colaboración en exploración minera”, asevera.