Cómo avanza la participación de las mujeres en la minería
Aunque bajó el porcentaje relativo de mujeres contratadas en la industria durante el primer semestre del 2024, la participación femenina en la fuerza laboral de las empresas mineras mantuvo su trayectoria alcista.
Consolidando su tendencia al alza, la participación de mujeres en empresas de la gran minería chilena alcanzó a 21,8% en el primer semestre de este año, lo que representa un aumento de casi un punto porcentual respecto del cierre del 2023. La presencia femenina ha mantenido una sostenida trayectoria creciente desde que ésta empezó a medirse hace diez años, mostrando una aceleración a partir de 2018, según recoge el Monitoreo de Indicadores de Género de la Alianza CCM-Eleva.
“En los últimos cinco años este indicador se ha incrementado en 12,9 puntos porcentuales, pasando de un 8,9% en 2018 a un 21,8%, considerando los datos hasta mayo de 2024. Esta última cifra corresponde a un total de 11.061 mujeres trabajando en empresas mineras”, destaca el más reciente informe.
Los resultados desagregados por empresa dan cuenta de que la máxima participación de mujeres lograda por una compañía minera llegó a un 41,9%, mientras la menor participación registrada por una empresa correspondió a un 8,6%.
En tanto, en las empresas proveedoras –de acuerdo al monitoreo que la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería, Aprimin, realiza a sus empresas socias–el indicador ha presentado un incremento sostenido desde su primera medición en 2014, pasando de un 7,7% ese año a un 19% en 2021. Sin embargo, desde 2022, y hasta la fecha, se ha mantenido estable en torno al 18%.
Contratación de mujeres
Respecto de la contratación femenina por parte de las compañías mineras, que se refiere al porcentaje de mujeres que son contratadas dentro del total de nuevos trabajadores (con menos de seis meses de antigüedad), se observa una evolución positiva hasta diciembre 2023, donde se registra un peak de 47,4%. Sin embargo, durante el primer semestre de 2024, la tasa de participación femenina en las contrataciones disminuyó a un 38,6%. Ello quiere decir que, de cada tres personas contratadas, una fue mujer. En la primera mitad del año la gran minería contrató a 789 mujeres.
Al desagregar el indicador por empresa, se aprecia que la que menos mujeres contrató registró un porcentaje de 5,7%, mientras que en la compañía con mayor contratación femenina ésta representó un 68,5%.
Por región
Al analizar las regiones mineras, en tres de cinco se registró un crecimiento de la participación de las mujeres en las empresas que se dedican a la minería. Así como en las últimas mediciones, la Región de Coquimbo destacó con la mayor expansión en la presencia femenina respecto de la medición anterior, subiendo tres puntos porcentuales y situándose en un 25,8% de la fuerza laboral en el primer semestre del 2024. Le siguieron la Región de Antofagasta, con una participación de mujeres del 23,6% y la macrozona centro (regiones de Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins) con un 23,2%.
Por su parte, en las regiones de Tarapacá y Atacama la presencia laboral femenina bajó en 2,5 y 0,3 puntos respectivamente, hasta porcentajes de 13,9% y 13,8% para cada caso, lo que da cuenta que todavía permanecen desafíos que sortear para una tendencia progresiva al alza.
Desafíos
Según los responsables del estudio, los datos recientes revelan que desde 2021 el aumento de la participación femenina ha sido cada vez más lento, “lo que podría llevar a un estancamiento”, advierten.
Para evitar ese riesgo, recomiendan fomentar que más mujeres estudien y se gradúen de especialidades y carreras técnico-profesionales relacionadas con la minería. Esto, a través de campañas de atracción temprana de talento femenino, con un enfoque especial en el segmento escolar entre 7° básico y 2° medio, que es cuando usualmente se toman las primeras decisiones de orientación vocacional.
Además, se sugiere promover que más empresas mineras y proveedoras adopten medidas que favorezcan una mayor inclusión de mujeres en el entorno laboral, tales como disponer de infraestructura adecuada, aplicar políticas de equidad salarial, e implementar acciones que fomenten la corresponsabilidad y la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, entre otras.
También, incrementar las oportunidades para que un mayor número de mujeres acceda a la minería mediante programas de capacitación ofrecidos por las propias empresas, como el programa aprendices (orientado a formar a operadores y mantenedores).