Columna de Sergio Hernández: Una visión optimista del futuro de Codelco
Con motivo del reciente informe de Cesco sobre Codelco, el que ha despertado diversos análisis, especialmente por su alusión a una eventual insolvencia, es necesario recordar que se trata de la más importante empresa estatal, del giro más importante para la economía chilena, la minería, por lo que tener una visión de largo plazo para evaluar su viabilidad financiera es imprescindible, sin detenernos solo en la baja de su nivel productivo y en su actual nivel de deuda, aun cuando se conozca que esta aumentará en los próximos años.
Sabido es que la más importante causa de su actual nivel de deuda, 17 mil millones de dólares, se debe a que su dueño, el Estado, le ha retirado históricamente utilidades por más del 92% de las que ha generado, en circunstancia que en las grandes mineras privadas, en promedio, esos retiros no superan el 50%. Otra causa de este endeudamiento corresponde a las cuantiosas inversiones que ha debido hacer para mantener a futuro su nivel productivo en base a sus proyectos estructurales, lo que, no obstante los sobrecostos y las demoras en su desarrollo, muy propios de los proyectos mineros, prometen retornos interesantes al comenzar sus producciones.
Es necesario recordar que la actual baja en su producción estaba prevista; sin embargo, también está prevista su recuperación a finales de esta década, la que para juzgar su mérito sería conveniente que Codelco pudiera informar el VAN y la TIR de cada uno de sus proyectos estructurales, que se estiman positivos, y así justificar en mejor forma estas inversiones. Lo que en absoluto es explicable, es que haya voces que sugieran paralizar algunas de estas inversiones, no solo por su rentabilidad estimada, sino porque la gran parte de ellas ya está hecha y, si juzgamos su rentabilidad sobre el capex que queda por invertir, el peor negocio para el país sería detenerlas.
Por otra parte, hay consenso entre los conocedores del mercado del cobre, que este mineral es crítico para la protección ambiental, al ser insustituible su uso en la construcción y logística de los vehículos eléctricos y en la estructura productiva, de almacenamiento y transporte de las nuevas energías eólica y termosolar, así como en los nuevos usos sanitarios; la preocupación de los países consumidores de cobre por buscar mayor producción hasta de los fondos marinos así lo ratifica. Esta realidad promete importantes aumentos en los precios del cobre, como lo afirman las más calificadas consultoras sectoriales del mundo, por lo que tanto Codelco, como la minería privada chilena, se verán beneficiadas con esta promesa, aportando asimismo mayor financiamiento a las arcas fiscales y los planes sociales. Los actuales parámetros del precio futuro del cobre en la evaluación económica de los proyectos de Codelco a mi juicio no reflejan suficientemente lo que se estima que el mercado entregará; si bien ese precio referencial de evaluación es prudente, la realidad de precios por venir nos da otra razón para confiar en la fortaleza futura de la estatal.
Otro motivo de optimismo en Codelco radica en los beneficios que puede obtener de sus derechos, los que tiene y los que el Estado le puede autorizar, sobre la futura explotación del litio. Es conveniente que Codelco se focalice en su giro principal y no en lo que no conoce, tiene sin embargo estos activos que no puede desaprovechar; lo que no tiene es expertise ni capital para producir, por lo que requiere alianzas con privados con suficientes capitales y experiencia en explotar el litio, en un modelo de negocios similar al que Corfo ha sabido llevar a cabo con las dos empresas privadas que actualmente lo explotan, modelo que tan altos ingresos ha reportado al Fisco de Chile.
Sus excedentes deberían ir en una buena parte a la propia Codelco -para no repetir el sangramiento que el Estado le ha hecho históricamente- contribuyendo a disminuir la deuda de la empresa, aportando a nuevas inversiones en cobre y en su transformación tecnológica y capacitación de trabajadores para su reconversión, rol en que los proveedores son esenciales. Todo esto también aliviaría su caja, quedando asimismo un saldo para las arcas del Fisco. A largo plazo, lo que no acostumbra planificar el Estado, serán también los ingresos fiscales los que se verán ciertamente favorecidos.
Por estas reflexiones, los proveedores mineros, socios tecnológica y logísticamente claves en el éxito de las empresas mineras y por cierto en Codelco, somos optimistas en el futuro de esta empresa, además tan importante para la legitimidad de la minería privada y el virtuoso modelo de desarrollo minero chileno, con minería estatal, gran minería privada nacional y extranjera, así como pequeña y mediana minería. Estamos lejos de creer en su eventual insolvencia, más bien resistamos como país este momento que pasa Codelco, para recibir las ventajas de sus mejores futuros resultados.