Cierre de Mina Invierno: un grave precedente
María Isabel Gonzalez, vicepresidenta de Voces Mineras.
En los últimos días se ha conocido la noticia de que el Tribunal Ambiental de Valdivia ha decidido mantener la medida cautelar que prohíbe las tronaduras de la Minera Invierno en Isla Riesco, en la región de Magallanes. Ante esta situación parece inminente el cierre de esta mina que produce carbón, lo que sería una verdadera catástrofe, no sólo para la región de Magallanes, donde las fuentes de trabajo no son muchas, sino también para la minería chilena.
Es del todo inconcebible que una decisión judicial prohíba las tronaduras, que son ampliamente utilizadas en la minería y que sin ellas esta actividad es prácticamente imposible. Se olvida, como casi siempre, que este país ha vivido, vive y debiera seguir viviendo de la minería. No en vano dos presidentes de la republica la ha catalogado como el “sueldo de Chile” o la “viga maestra de nuestra economía” refiriéndose a la minería del cobre. Más recientemente, el destacado economista Patricio Meller concluyó que gracias a la minería del cobre el PIB per cápita aumentó más de 120% desde 1990. Es decir, sin la minería del cobre los chilenos seríamos muchísimo más pobre de lo que somos.
Es muy grave para la institucionalidad que los antecedentes técnicos que le permitieron a Mina Invierno obtener la Resolución de Calificación Ambiental en los organismos competentes no cuenten para un tribunal, que se supone debiera ser especializado y que se deslegitime los procesos ambientales.
Vale la pena detenerse en los argumentos de los detractores. Se ha indicado que la intervención con tronaduras afectaría el componente paleobotánico del suelo, es decir a los fósiles vegetales. Sin embargo, Mina Invierno sostiene que estos fósiles no hubieran sido descubiertos sin la existencia de la mina y se han comprometido a preservarlos debidamente.
Con todo, surge la, ya larga, discusión respecto de la conciliación del desarrollo económico con el medio ambiente. Desde mi perspectiva, existe una cuestión ética, que, lamentablemente suele olvidarse, como es el bienestar del ser humano. Creo que debemos cuidar el medio ambiente, pero también velar por el desarrollo armonioso de nuestro país, donde no se pretenda preservar zonas prístinas y puras para que puedan disfrutar de ellas solo grupos privilegiados, si no también que sus recursos contribuyan a mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto. El Tribunal Ambiental parece olvidar el verdadero concepto de sustentabilidad que incluye los aspectos ambientales, sociales y económicos.
Sin duda debemos avanzar en una estrategia de desarrollo consensuada que nos permita aprovechar el potencial de riqueza que nos pueden brindar nuestros recursos naturales bajo el concepto de sustentabilidad.