Profesionales como Irene Aracena, Carlos Johnson y Roberto Fréraut consideran que debe haber un servicio independiente encargado de actualizar la geología del país para prevenir riesgos y descubrir hallazgos geológicos, y que cuente con recursos suficientes.

“Los grandes yacimientos que se están explotando hoy fueron descubiertos por geólogos del Instituto de Investigaciones Geológicas”, dice tajante Irene Aracena, experimentada geóloga chilena, que trabajó tanto para Codelco como para mineras privadas, que hace unos años presidió el colegio profesional y actualmente es socia de Voces Mineras A.G. Convencida de la importancia de esta disciplina para el desarrollo minero, apela a fortalecerla a nivel institucional, independizando la Subdirección Nacional de Geología del Sernageomin y dotándola de más recursos.

“Los geólogos anhelamos volver a tener una institución como era el Instituto de Investigaciones Geológicas (IIG), donde la exploración tenía los recursos necesarios para encontrar proyectos mineros, que en la actualidad son, en su mayoría, yacimientos en explotación. Con la creación del Sernageomin, entre otros factores, los proyectos geológicos compiten con los proyectos mineros y, por lo general, se ven reducidos en presupuesto, porque los que deciden no son geólogos y no dimensionan claramente los tiempos y recursos que se necesitan para encontrar un yacimiento exitoso”, sostiene.

En efecto, el referido IIG fue creado en la década de 1950 con el fin de apoyar la investigación geológica, entidad que en 1980 se fusionó con el Servicio de Minas del Estado para conformar el Servicio Nacional de Geología y Minería, conocido actualmente como Sernageomin, del cual dependen dos subdirecciones, la de geología y la de minería.

Según Irene Aracena, el presupuesto de Sernageomin se lo lleva mayoritariamente la parte minera, cuando debiera haber interés en que se desarrolle también la exploración, que es la fase inicial de una mina. “Y a la hora de reducir costos, sacrifican la geología”, comenta.

La profesional hace notar que el ejercicio de la geología de exploración es caro y lento. “Para tener éxito en la búsqueda de yacimientos se necesita entender, especialmente aquellos que autorizan los recursos, que los plazos necesarios para encontrar un yacimiento económico no son los mismos que para proyectos mineros o metalúrgicos”, señala. A su juicio, para cumplir con esos requerimientos se necesita una estructura distinta, con un servicio totalmente independiente y conocedor a fondo de lo que significa la exploración geológica.

“Los cimientos los hacemos nosotros”

En la misma línea opina Carlos Johnson, geólogo especializado en Negocios Internacionales y Dirección de Proyectos, que trabajó durante 30 años en la Empresa Nacional del Petróleo y en Sipetrol (filial internacional de Enap) y que hoy es director regional del Sernageomin en la región de Los Ríos.

“He trabajado en varios otros países y en mucho de ellos he visto que hay un servicio geológico y la parte minera está separada. Creo que eso sería lo ideal”, sostiene. “Los geólogos somos los que hacemos la cartografía geológica del país, a partir de la cual se desarrollan todos los grandes hitos de la exploración minera y, finalmente, la constitución de un yacimiento. Pero si no hay geología básica, si no hay geología de detalle, sería muy dificultoso encontrar un yacimiento en buena forma. Los cimientos del edificio los hacemos nosotros”, recalca.

En ese sentido, subraya la relevancia de entender el proceso geológico que da origen a uno u otro tipo de yacimiento, que determina dónde es más factible encontrar un área con potencial minero, en qué lugares del país, asociado a qué tipo de roca, entre otros factores.

A ello añade el rol que cumplen los geólogos en la confección de los mapas de peligros geológicos, tanto volcánicos como de remociones, que son utilizados por las autoridades para tomar decisiones mejor informadas desde lo técnico.

“En mi opinión, debiera existir un servicio geológico, por un lado, y otro servicio o entidad de minería, que vayan por carriles aparte, pero que uno se nutra del otro”, acota.

Sin embargo, Johnson plantea que hay poco entendimiento sobre el ejercicio de la disciplina y que, a partir de esa visión, se ven afectados por recortes presupuestarios. “Tratamos de generar la máxima información con el máximo de detalle, pero nos vemos muy limitados por los presupuestos (…). Como geólogos tenemos que levantar información geológica en terreno, estar saliendo constantemente, estudiando las rocas, efectuando mediciones, en condiciones geográficas frecuentemente extremas” dice, haciendo referencia a aquellos profesionales que, por ejemplo, trabajan en el altiplano a 3.000-4.000 metros de altura o en la Antártica, con toda la complejidad logística que ello implica.

Asimismo, considera como de suma importancia que los geólogos especialistas tengan actualización técnica constante y participen en congresos, seminarios cursos de especialización etc., “pero siempre hay restricciones presupuestarias para eso”, puntualiza.

Respecto del nuevo Subdirector Nacional de Geología nombrado recientemente, de profesión ingeniero civil ambiental con experiencia en gestión e I&D, Johnson hace ver que “históricamente siempre ha habido geólogos en este cargo” y que tal vez se busca dar otra orientación a la Subdirección.

“En mi opinión, la Subdirección de Geología debería tener un proceso de modernización, que apunte a la atención de necesidades de la industria, con un enfoque en creación de insumos geológicos con un aumento en la cantidad y especificidad de éstos para el fomento de la exploración”, señala.

A su juicio, el servicio debe hacerse cargo de estudios de exposición de comunidades a peligros geológicos intensificados por el cambio climático; avanzar en el monitoreo de diversos peligros geológicos como las remociones en masa, sequía, retroceso del escarpe costero, erosión, etc; efectuar procesos de divulgación de la información para que llegue de manera efectiva a los tomadores de decisiones y a las distintas comunidades.

Para todo ello “es imprescindible el aumento del numero de geólogos de distintas especialidades, particularmente en hidrogeología y geología aplicada, acompañado de un aumento de presupuesto considerable, y debe entenderse bien lo que somos y el trabajo que hacemos”, concluye.

Carta a la autoridad

En un tono similar opinó recientemente el geólogo Roberto Fréraut, ex gerente de Exploraciones de Codelco, quien, a través de una carta enviada a la ministra de Minería, Aurora Williams, pidió potenciar la Subdirección Nacional de Geología de Sernageomin y redefinir algunos de sus objetivos estratégicos, dotándola de presupuesto suficiente y asegurando que su conducción quede en manos expertas.

Puede revisar sus reflexiones en: https://vvmm.cl/roberto-freraut-es-necesario-fortalecer-la-subdireccion-nacional-de-geologia-independizandola-del-sernageomin/