Osvaldo Urzúa: “La viabilidad de la empresa requiere integrar la generación de valor empresarial y social”
De acuerdo con el director de Cesco y consultor, el modelo de negocio debe ser revisado periódicamente y, si fuese necesario, actualizado, porque los estándares y expectativas de la sociedad y el entorno evolucionan constantemente.
“Lo que ayer era considerado un desempeño superior, hoy es un requisito básico”. Así describe Osvaldo Urzúa, director de Cesco y consultor, el contexto en que la minería se relaciona hoy con su entorno y en particular con las comunidades. Los estándares y expectativas de la sociedad evolucionan constantemente, dice, y esto se da respecto de distintas materias, como el medioambiente, el desafío climático, la seguridad, el uso de agua y la manera de vincularse con el entorno, por ejemplo.
Según Urzúa, la acción colectiva es una aproximación cada vez más requerida. “Esto exige no sólo un cambio en la forma de relacionarse de la empresa; también del gobierno, las comunidades, los proveedores, los trabajadores, las universidades, entre otros”, indica.
De acuerdo con el director de Cesco, la viabilidad de la empresa está fuertemente determinada por su capacidad de crear valor tanto para sus dueños o inversionistas, como para la comunidad y sociedad en la que se desenvuelve. “En simple, si la empresa no es capaz de generar el valor que sus dueños esperan de ella y si tampoco es capaz de atender las expectativas que la sociedad y comunidades tienen sobre su desempeño, es una organización no viable económica ni socialmente”, sostiene. Y agrega que el modelo de negocio para crear valor y ser viable debe ser revisado periódicamente y, si fuese necesario, actualizado.
“Hoy la viabilidad de la empresa requiere que, en su modelo de negocio, en la definición de su estrategia y en la toma de decisiones operacionales, estén integrados la generación de valor empresarial y social, y así crear valor sostenible. No son dos decisiones desconectadas, son dos aspectos o variables de una misma decisión”, enfatiza. “Por ejemplo, la estrategia de automatización debe integrar tanto las ganancias de productividad y de mejoras de desempeño en distintos ámbitos, como la posibilidad de trabajar con la comunidad para que ésta se integre en la nueva economía digital”, puntualiza.
En ese sentido, el consultor sugiere que los modelos de negocio que se basaban primero en maximizar la utilidad del accionista y luego en destinar parte de las ganancias a inversión social, son parte del pasado. “Son muchas las empresas que están conscientes de este cambio, pero sus modelos de gestión y liderazgo aún no lo han incorporado plenamente”, advierte.
Desafíos de la minería sostenible
Consultado por los principales desafíos que enfrenta la minería en Chile para ser una actividad más sostenible, Osvaldo Urzúa hace ver que si bien el punto de partida es mantener la competitividad y el atractivo para atraer inversión, “hoy los temas sociales y ambientales son cada vez aspectos más relevantes”. Al respecto, comenta que los mercados están crecientemente demandando productos cuya huella ambiental sea minimizada y trazable mediante sistemas de certificación reconocidos, sea que se trate de la huella de carbono o hídrica, entre otros aspectos, que a su juicio irán determinando en forma creciente el acceso al mercado internacional y afectando las cadenas de valor aguas arriba y abajo.
“Debido a la importancia de la actividad minera para nuestro país y que esto es algo que afecta a todas las operaciones, existe la oportunidad de abordar este desafío de forma colectiva para liderar esta transformación que, a partir de una agenda clara, aprovecha las economías de escala para que cada una de las operaciones de nuestra minería se ajuste a estas nuevas demandas lo antes posible”, asevera.
Otro desafío importante, añade el director de Cesco, es transitar hacia lógicas productivas bajo la aproximación de la economía circular tanto en el proceso minero como apoyando aguas abajo a las industrias que utilizan los minerales.
A ello agrega que la industria debe superar la lógica tradicional asociada con la obtención de la licencia social para operar, “que suele caer en formas de relación predominantemente transaccionales en vez de trabajar bajo un enfoque de acción colectiva y transformarse en actores que son considerados parte integral de la comunidad”. Ello, dice, requiere incrementar los niveles de transparencia y confianza.
Buenas prácticas
En cuanto a prácticas que permiten fortalecer una minería sostenible, el consultor destaca los esfuerzos en seguridad de parte de la industria, así como los avances en la creación de espacios de innovación abierta para que las soluciones a los desafíos de la minería provengan de un esfuerzo colaborativo empresa-proveedor-gobierno. Con todo, comenta que todavía la escala es insuficiente. “Aún falta para poder declarar que el sector minero chileno cuenta con un ecosistema de innovación y una base consolidada de proveedores generadores de servicios y tecnología avanzados e internacionalmente competitivos”, opina.
De hecho, se estima que el sector de equipos, tecnologías y servicios mineros de Chile exporta del orden de US$500 millones al año, mientras en Australia estos envíos son del orden de US$18.000 millones anuales, observa Urzúa. “Claramente, hay una brecha importante que para ser abordada requiere seguir profundizando proyectos de largo plazo basados en una visión común con focos en unas pocas áreas estratégicas, en donde la minería chilena pueda desarrollar un liderazgo internacional y atraer grandes inversiones para desarrollar ese potencial. Algunos hablan de que la triada solar-hidrógeno-minería podría ser una de esas plataformas”, sostiene.
Como otras prácticas destacables, menciona también el desarrollo de capital humano impulsado por el Consejo de Competencias Mineras y el Programa Eleva, además del trabajo liderado por el Consejo Nacional de Productividad para desarrollar una agenda con metas en esta materia.
“Hoy prácticamente todas las mineras están buscando incorporar estándares ESG (del inglés Environmental, Social, and Governance) y sus estrategias comunitarias tienen como marco los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de las Naciones Unidas”, subraya.