Fundiciones chilenas: Mal negocio o necesidad estratégica
Estas son las dos líneas de pensamiento respecto al dilema de fundir en Chile o exportar los concentrados de cobre que se producen en nuestro país: unos 12 millones de toneladas conteniendo en torno a 4,5 millones de toneladas de cobre fino en 2017; el saldo de 1,1 millón se produjo en forma de cátodos por vía SX/EW. Pero se proyecta que la producción de concentrados aumente en el mediano plazo, y que la de cátodos desde minerales lixiviables, disminuya.
Los principales hechos que dan origen a estas líneas de pensamiento son:
- Chile es el mayor productor de cobre de mina del mundo, con un 27% del total, pero posee solamente el 9% de la capacidad mundial instalada de fusión. China, que produce el 9% del cobre de mina y tiene el 41% de la capacidad mundial de fundiciones, es el principal importador global de concentrados, produce anualmente unos 8 millones de toneladas de cátodos e importó 3 millones en 2017, déficit que se reducirá a menos de un millón a 2021. Japón, segundo importador de concentrados, exporta anualmente unas 500.000 toneladas de cátodos, todo lo cual hará más dura la competencia por exportar cátodos.
- Según datos de Cochilco, las siete fundiciones chilenas están en el cuarto cuartil de costos, con un costo promedio que triplica al de las chinas y es el doble del promedio mundial, entre otros factores, por su menor productividad. Pero Chagres y Altonorte serían rentables.
- En diciembre de 2018 entró en vigencia el DS 28/2013 del Ministerio del Medio Ambiente, que obliga a las fundiciones de cobre a capturar el 95% de sus emisiones, lo que solamente cumplen Ventanas, Chagres y Altonorte. Las fundiciones chinas capturan el 97,9%, gracias a su estrategia de construir nuevas fundiciones con tecnología propia y cerrar las ineficientes, caras y contaminantes.
- Codelco ha debido invertir unos US$2.000 millones en sus cuatro fundiciones (monto similar a sus excedentes de 2018) solamente para cumplir con el DS 28, lo que espera lograr el primer trimestre de 2019. Dado que esta inversión no agrega capacidad de fundición, deberá seguir exportando en forma rentable el 70% de sus concentrados, aun cuando no podemos olvidar que unos 2 millones de toneladas anuales de éstos son complejos, con alto arsénico, cuyo transporte y tratamiento hacia y en el extranjero podrían enfrentar restricciones a futuro.
“Las fundiciones chinas capturan el 97,9% (de sus emisiones), gracias a su estrategia de construir nuevas fundiciones con tecnología propia y cerrar las ineficientes, caras y contaminantes.”
Ante los hechos y desafíos planteados, es razonable considerar la siguiente estrategia:
1) Mejorar la productividad y sustentabilidad de nuestras fundiciones estatales, priorizando el tratamiento de concentrados complejos y exportando los excedentes a los mejores TC/RC obtenibles, pero que probablemente subirán a futuro. Para lograr este desafiante objetivo deberían concurrir todos los involucrados.
2) De no lograrse lo anterior, se deberían cerrar las fundiciones ineficientes y contaminantes, y construir nuevas fundiciones en Chile, con moderna tecnología, lo que pese a la alta inversión requerida, nos permitiría producir cátodos verdes y recuperar más cobre y subproductos, ahorrar en fletes y tratar nuestros concentrados complejos, además de mejorar nuestra posición negociadora con la competencia.
Buenísimo el aporte. Un cordial saludo.