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Relaciones laborales, una mirada de futuro

La reforma está proponiendo soluciones, pero para un problema equivocado.

El proyecto de Reforma Laboral que se tramita en el Parlamento ha suscitado un debate que se caracteriza por la falta de perspectiva y profundidad, que es preocupante para el desarrollo de las empresas y el empleo en nuestro país.

El debate se está encausando, por ambas partes, con una mirada a la historia pasada y no en la perspectiva del contexto actual y las necesidades del futuro. Se está discutiendo cómo regular el conflicto, y no se facilitan las relaciones de cooperación y compromiso que se necesitan para competir en el mundo moderno.

La reforma está proponiendo soluciones, pero para un problema equivocado.

Estamos en la era digital y de la robótica, que está demandando cambios aún más significativos en los oficios o profesiones. Se estima que cerca del 25% de los trabajos que se requerirán en 20 años más no existen actualmente; ni siquiera sospechamos cuáles habilidades se necesitarán.

Por estas razones es importante que las empresas y los trabajadores tengan flexibilidad para adaptarse, por acuerdo de las partes, a los cambios en el mercado y a los avances de la tecnología -que dejan obsoletos algunos productos o servicios a medida que crea otros diferentes-, y junto con ello, el trabajo coordinado de todos los estamentos para mejorar la productividad y así mantenerse competitivo y vigente en el mercado global.

[El debate se está encausando, por ambas partes, con una mirada a la historia pasada y no en la perspectiva del contexto actual y las necesidades del futuro. ]

El rol de los sindicatos es indiscutible como representantes de los trabajadores. En la minería estamos acostumbrados a tener sindicatos, con casos de buenas y malas relaciones. Pero hay que cambiar el foco, buscando formas de trabajar de la mano para ganarle a la competencia, que está fuera de la compañía y no al interior de ella.

El tema más complejo es la distribución, entre los trabajadores y los accionistas, de la riqueza creada; pero tiene que haber una mejor solución que la huelga, que sólo destruye valor, tanto para la empresa como para los trabajadores. En los conflictos laborales se consume un alto nivel de energía que podría ser mejor utilizado en soluciones más creativas e innovadoras.

Así como hay técnicas para mejorar los procesos productivos, también deberíamos aplicar el mejoramiento continuo y la innovación en las relaciones laborales. Mediante un análisis del proceso y sus variables se pueden encontrar propuestas objetivas, basadas en datos duros y no sólo en factores emocionales. La información de encuestas salariales de la competencia, los antecedentes de mercado, la rentabilidad del negocio, son ejemplos de material relevante para diseñar un proceso justo, transparente y sustentable, que además no produzca un deterioro de las relaciones.

La huelga no parece ser la mejor herramienta, especialmente cuando se trata de producción de bienes o servicios que afectan a grandes sectores de la sociedad, lo que debería ser resuelto a través de procesos de mediación y de arbitraje vinculantes, por equipos especializados para esos efectos.

Recordemos el proverbio holandés que dice: “No podemos impedir el viento, pero podemos aprender a construir molinos”.

(VIOLIC, Ivan. Publicación original en Revista Minería Chilena. Martes 11 de Agosto, 2015)

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